El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reconocido en una entrevista en RNE que está “meditando algún planteamiento” en relación con un posible adelanto electoral a nivel nacional. Aunque no ha confirmado que vaya a dirigirse al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para pedirle formalmente que adelante las elecciones generales, sí ha dejado clara su preocupación por el efecto que la situación política del PSOE en el ámbito estatal podría tener sobre la elección de gobiernos autonómicos y locales.
García-Page, que gobierna con mayoría absoluta y es uno de los pocos presidentes autonómicos del PSOE que mantiene el poder tras las elecciones de 2023, ha mostrado su inquietud ante un posible desgaste derivado de las controversias nacionales. “A los compañeros que escucho, a los alcaldes, responsables territoriales, están asustadísimos de que el escenario nacional vuelva a cebarse con los ayuntamientos, con las diputaciones y con las autonomías”, ha afirmado.
El presidente castellanomanchego considera que las polémicas y tensiones que afectan al Ejecutivo central, muchas veces amplificadas por la confrontación política y mediática, están contaminando el ambiente político en otras instituciones. “No merecen que se les utilice de trinchera en la batalla nacional”, ha sentenciado, en defensa del trabajo de los gobiernos regionales y municipales, que —a su juicio— deberían quedar al margen de las luchas partidistas de ámbito nacional.
Para Page resulta difícil encontrar un momento adecuado para convocar elecciones
García-Page ha insistido en que él desea que el Gobierno de España siga siendo progresista, pero ha advertido que, tal y como están las cosas, resulta difícil encontrar un momento adecuado para convocar elecciones. “Estamos en un estado de efervescencia de tal calibre que nunca parece que hay un momento adecuado para convocar”, ha lamentado. En este sentido, ha señalado que “el simple hecho de saber que en los 55 días que van desde que se convocan las elecciones hasta que se celebran va a haber un vídeo cada día” —en referencia al clima de confrontación política y la presión mediática— “disuelve mucho la posibilidad de convocatoria electoral”.
Aunque García-Page ha evitado posicionarse claramente a favor de un adelanto electoral, su mensaje ha estado cargado de advertencias indirectas sobre el coste que puede tener para los territorios gobernados por el PSOE el mantenimiento de una crisis política prolongada en Madrid.
Con estas declaraciones, el líder de los socialistas castellanomanchegos busca visibilizar que el PSOE también se juega su fuerza en territorios donde todavía gobierna con holgura. Castilla-La Mancha, que ha sido tradicionalmente un bastión socialista, se encuentra ahora en una situación singular dentro del panorama autonómico, con García-Page como presidente con mayoría absoluta, pero rodeado por un contexto político nacional que no deja de generar tensiones.
Al trasladar su inquietud por el desgaste que sufre el partido a nivel local y autonómico, Page no solo defiende a sus alcaldes y a su estructura territorial, sino que lanza un mensaje velado a Ferraz: si la situación nacional sigue deteriorándose, puede arrastrar a dirigentes que, como él, aún cuentan con el respaldo mayoritario de sus ciudadanos.