La jornada de este miércoles está marcada por la cumbre de la OTAN que se celebra en La Haya, donde se ha intensificado el debate sobre el aumento del gasto militar de los países miembros. Mientras que algunos aliados, encabezados por Estados Unidos, presionan para que los estados alcancen el 5% del PIB en defensa, España se ha desmarcado de esa propuesta. Y lo ha hecho con el respaldo explícito del Gobierno de Castilla-La Mancha.

El presidente regional, Emiliano García-Page, ha defendido que el enfoque europeo sobre la seguridad debe ser más amplio que el estrictamente militar. En un acto celebrado en Guadalajara, durante la colocación de la primera piedra de la empresa FM Logistic, ha advertido que "se está decidiendo en Europa cómo mandar bombas, no soy populista y creo que hay que proteger la seguridad", pero ha reclamado que, al mismo tiempo, se manden "también medicamentos, alimentos y grandes servicios" a los países en conflicto.

Page ha insistido en la idea de que no basta con proteger con armas, sino que Europa debe asumir un papel en la distribución de recursos esenciales allá donde más se necesitan. En este sentido, ha reiterado las declaraciones que ya hizo el lunes, cuando pidió no sucumbir a los "caprichos" de Donald Trump. Según ha dicho, el problema de fondo no es tanto la capacidad de producir alimentos o medicamentos, sino el hecho de que estos no llegan de igual modo a todo el mundo.

Creen que solo beneficiaría a la industria armamentística americana

En la misma línea se ha expresado este miércoles el consejero de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, Juan Alfonso Ruiz Molina, quien ha respaldado la posición del Gobierno de España de no elevar su gasto en defensa hasta el 5%, y mantener el compromiso del 2,1% del PIB, tal y como ha anunciado el presidente Pedro Sánchez.

Ruiz Molina ha realizado estas declaraciones antes de la inauguración del XXXVII Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, organizado en Toledo por la Asociación de Periodistas Europeos (APE). Desde allí, el consejero ha calificado de "acierto" la decisión del Gobierno central y ha afirmado que lo que subyace a la exigencia del 5% "no es mejorar las capacidades operativas de la OTAN", sino que responde a "un interés estrictamente económico porque la principal industria armamentística es la americana".

Además, ha subrayado que elevar el gasto hasta ese nivel sería incompatible con las prioridades sociales: "Hay que hacer compatible el gasto de defensa con otras políticas que venimos desarrollando desde el sector público, y aumentar el gasto hasta el 5% iría en detrimento del gasto típicamente social".

A pesar de este desacuerdo, Ruiz Molina no considera que vaya a producirse un deterioro en las relaciones diplomáticas entre España y Estados Unidos. Según ha señalado, "al final se llegará a un acuerdo en el que se dote de flexibilidad a los países para que puedan asumir el gasto que nos debemos dotar sin que vaya en detrimento de otras políticas absolutamente necesarias para la ciudadanía".