El Ayuntamiento de Cebolla (Toledo) ha puesto medidas contra las últimas oleadas de robos que azotan el municipio y toda la comarca de Torrijos. El municipio se encuentra sufriendo desde otoño una serie de robos en distintos puntos del pueblo que han llevado a que la corporación municipal socialista tome cartas en el asunto.
La alcaldesa, Silvia Díaz, anunciaba que instalarán más cámaras de seguridad en las calles, ya que el municipio ya contaba con vigilancia, licitará dos plazas de Policía Local, y mientras, contratará seguridad privada. Unas medidas acordes a un problema que surge en el pueblo y que hacen que el Ayuntamiento ponga medidas en busca de su fin.
Además, cabe recordar que el cementerio de Cebolla sufrió robos de crucifijos durante una oleada de actos delictivos en toda la provincia de Toledo, y en las últimas semanas, se han llegado a contabilizar robos en diferentes localidades en espacios de escasas horas, siendo algunos de los afectados Malpica de Tajo, El Carpio de Tajo, Camarena o Santa Olalla.
El contrapunto en la gestión lo encontramos en el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), que hace caso omiso ante las peticiones de los vecinos de aumentar la seguridad ante los últimos hechos delictivos ocurrido en el pueblo.

El más grave y reciente, la agresión y quemaduras provocadas que sufrió un hombre de unos 70 años que se encontraba durmiendo en las inmediaciones de la plaza de toros. Unos hechos ocurridos el sábado 12 de abril, que conmocionaron al pueblo, aún mantienen en el hospital al damnificado y que incluso conllevaba la prisión preventiva para un joven de 21 años, acusado de ser el presunto autor de un delito de lesiones grave, y a otros tres jóvenes en arresto domiciliario.
Además, los vecinos denuncian otros hechos delictivos como el robo de unos gnomos en la calle Cristo, que los vecinos instalaron a modo de decoración navideña, así como la creciente práctica del “botellón”, que, ante su prohibición en localidades vecinas como Puertollano o Argamasilla de Calatrava, han provocado que los jóvenes acudan a Almodóvar del Campo a orinar en los patios de las casas o insultar a los vecinos. Todo ello bajo los efectos del alcohol y llegando mediante autobuses, lo que le ha valido a la localidad ciudadrealeña el mote de “El pueblo del botellón”.
Los vecinos de Almodóvar del Campo denunciaban en redes sociales la falta de seguridad y el estado del pueblo, y reclamaban que su alcalde, José Lozano, del Partido Popular, invirtiera los más de 7 millones de euros de presupuesto en instalar cámaras de vigilancia, por ejemplo, que repercutieran positivamente en la seguridad del municipio.
Esto además se suma a que la localidad no cuenta con Policía Local durante las noches de lunes a jueves debido a un error en la planificación de la plantilla, según denuncia la oposición, que explicaba que el Ayuntamiento era consciente de que se iban a producir dos jubilaciones y no ha licitado plazas para cubrirlas. De hecho, el municipio aún está a la espera de la convocatoria de una plaza que no ha salido. A esta problemática se suma la inacción del alcalde popular, que no llega a acuerdos con pueblos cercanos para poner remedio a la falta de efectivos de policía. Todo ello a pesar de compartir signo político.
Dos formas de gestionar un mismo problema: mientras el municipio toledano de Cebolla sufre una oleada de robos, el Ayuntamiento socialista invierte en ampliar el número de cámaras de vigilancia, licita dos plazas de Policía Local y contrata seguridad privada hasta que estén ocupadas. Mientras, el Ayuntamiento popular de Almodóvar del Campo no atiende las peticiones de los ciudadanos que abogan por instalar cámaras de seguridad o eliminar el botellón, además de que se encuentran sin Policía Local las noches de diario.