El Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado este miércoles los Presupuestos autonómicos para 2026 gracias a la mayoría absoluta del PSOE en las Cortes regionales, en una votación que ha vuelto a dejar una imagen nítida del posicionamiento político de cada grupo parlamentario. Mientras los 17 diputados socialistas han respaldado unas cuentas centradas en reforzar la sanidad, la educación y el bienestar social, los parlamentarios de PP y Vox han votado en contra, alineándose nuevamente contra el núcleo del Estado del Bienestar en la región.
Las cuentas aprobadas ascienden a 12.903 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,5% respecto a 2025, con 187,2 millones de euros más que en el ejercicio actual. Se trata de los undécimos presupuestos aprobados desde que Emiliano García-Page llegó a la Presidencia autonómica, una continuidad presupuestaria que contrasta con la oposición frontal que PP y Vox han mantenido durante toda la tramitación parlamentaria.
La sesión plenaria, que ha durado algo más de siete horas, ha culminado con el rechazo de las 1.115 enmiendas que el Partido Popular mantuvo vivas tras su paso por Comisión, unas propuestas que no han logrado convencer ni por su coherencia interna ni por su viabilidad presupuestaria. De hecho, desde el Grupo Socialista se ha insistido en que muchas de esas enmiendas respondían más a intereses partidistas y locales que a una alternativa real de gobierno para el conjunto de Castilla-La Mancha.
Pese a ello, la secretaria general del PP en la región, Carolina Agudo, ha acusado al Ejecutivo autonómico de “encubrir” una gestión económica que ha calificado de “mediocre” y ha insistido en dibujar un escenario social y laboral alejado de los datos que acompañan a las cuentas aprobadas. Un discurso que ha vuelto a apoyarse en grandes afirmaciones sin respaldo presupuestario concreto y que ha terminado estrellándose contra una realidad parlamentaria incontestable: el PP ha votado en contra de unos presupuestos que refuerzan la sanidad pública, la educación y los servicios sociales.
Agudo ha llegado a denunciar el uso del “rodillo” por parte de la mayoría socialista, una crítica recurrente que pierde fuerza cuando se contrasta con la falta de solidez de las propuestas alternativas del PP, que no han sido capaces de articular un proyecto presupuestario creíble ni equilibrado, tal y como ha llegado a reconocer, en numerosas ocasiones, el consejero de Hacienda, José Alfonso Ruiz Molina.
Vox saca su discurso catastrofista
En la misma línea de oposición sistemática se ha situado Vox, cuyo presidente del Grupo Parlamentario, David Moreno, ha vuelto a recurrir a un discurso catastrofista para justificar su voto en contra. Moreno ha afirmado que los castellanomanchegos “no tienen nada que celebrar” con estos presupuestos, obviando que su formación ha votado en contra de unas cuentas que destinan la mayor parte de sus recursos a sostener los servicios públicos esenciales. Su intervención ha mezclado reproches genéricos con afirmaciones ya desmentidas durante la tramitación presupuestaria, reforzando la idea de que Vox carece de una alternativa real y se limita a rechazar cualquier iniciativa del Gobierno regional.
Las enmiendas del PP, un "sindiós"
Frente a este bloque del no, la portavoz socialista en las Cortes, Ana Isabel Abengózar, ha defendido el sentido de unas cuentas que ha definido como “serias, inversoras y profundamente comprometidas con Castilla-La Mancha y con su gente”. Abengózar ha calificado las enmiendas del PP como “un sindiós”, señalando su carácter inconexo y oportunista, y ha reprochado a Vox que vuelva a demostrar que “no tiene nada que ofrecer” más allá de consignas y eslóganes.
El cierre del debate ha correspondido al consejero de Hacienda, quien ha subrayado que las Cortes han aprobado un presupuesto orientado a fortalecer la cohesión social, proteger a las familias, impulsar el crecimiento económico y consolidar el Estado del Bienestar. Ruiz Molina ha insistido en que estas cuentas permiten cumplir con un compromiso político claro del Gobierno regional: no dejar a nadie atrás, una prioridad que PP y Vox han decidido no respaldar con su voto.
La aprobación de los Presupuestos de 2026 ha vuelto a dejar claro que, en Castilla-La Mancha, solo la mayoría socialista ha apostado de forma explícita por la sanidad pública, la educación y las políticas de bienestar, mientras que PP y Vox han optado por situarse al margen de ese consenso social, votando en contra de unas cuentas que refuerzan los derechos y los servicios públicos de la ciudadanía.