Una mochila vacía, una matrícula pagada y todo un futuro por delante. Así empezarán el curso más de 5.000 jóvenes en Castilla-La Mancha el próximo septiembre. Por primera vez, entrar en la universidad pública en la región será prácticamente gratuito para quienes se matriculen por primera vez. Mientras otras comunidades mantienen barreras económicas, el Gobierno de Emiliano García-Page ha decidido eliminarlas de raíz.

El primer año de matrícula será gratuito para quienes inicien sus estudios en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) o en el campus guadalajareño de la Universidad de Alcalá. La medida, promovida por el Gobierno de Castilla-La Mancha, busca garantizar que ninguna persona se quede fuera de la educación superior por motivos económicos.

Este cambio supone una bonificación del 99% del coste de los créditos del primer curso, lo que equivale a eliminar prácticamente en su totalidad el pago de la matrícula inicial. Hasta ahora, la media por estudiante rondaba los 900 euros. El nuevo programa público está dotado con una inversión de casi cinco millones de euros y se prevé que beneficie a más de 5.000 alumnos y sus familias.

Para poder acceder a esta ayuda bastará con ser estudiante de nuevo ingreso, haber llegado a la universidad desde bachillerato, formación profesional o mediante pruebas para mayores de 25 años, y haber solicitado la beca estatal, aunque no se haya concedido. También se permitirá a quienes se trasladen desde otra universidad, siempre que hayan superado al menos el 65% de los créditos del curso previo.

Madrid: tasas elevadas y universidades públicas en crisis

Mientras tanto, en comunidades como Madrid, la situación es radicalmente distinta. El precio por estudiar un curso de 60 créditos se acerca a los 1.200 euros anuales, a lo que se suman tasas administrativas, apertura de expediente y otros recargos. En total, el desembolso puede superar fácilmente los 1.300 euros solo por acceder al primer año de universidad pública. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no ha avanzado hacia una rebaja generalizada de tasas, ni ha dado señales de sumarse a iniciativas similares.

Desde el Ejecutivo regional castellano-manchego defienden que este modelo está diseñado para que el origen económico no condicione el futuro académico. El propio presidente García-Page ha reiterado que su objetivo es que "ningún estudiante tenga que renunciar a estudiar en la universidad por falta de recursos".

El impacto de esta medida va más allá del ahorro económico. Según datos de la propia UCLM, más del 80% de los egresados encuentra empleo en los primeros años tras finalizar sus estudios, con resultados especialmente positivos en áreas como salud, educación o ingeniería, donde la empleabilidad supera la media nacional.

En contraposición, en Madrid el modelo universitario público arrastra un déficit financiero crónico. La crisis vivida en la Universidad Complutense, con amenazas de recorte en la docencia e investigación por falta de fondos, ha reabierto un debate sobre la sostenibilidad del sistema y la necesidad de reformar el sistema de financiación universitaria.

Sin universidades privadas: un modelo que prioriza lo público

Además, a esta brecha se suma otra diferencia fundamental: mientras en la Comunidad de Madrid proliferan las universidades privadas, con más de una decena activas, , en Castilla-La Mancha no hay ninguna. La educación superior está prácticamente en manos de la UCLM, con presencia en seis poblaciones: Albacete, Almadén, Ciudad Real, Cuenca, Toledo y Talavera de la Reina.

El consejero de Educación, Amador Pastor, ha explicado recientemente que ninguna solicitud para establecer una universidad privada en la región ha demostrado la calidad suficiente. Según señalaba, las propuestas presentadas no aportan titulaciones nuevas ni proyectos sólidos de investigación, y en muchos casos apenas disponen de estructura o personal docente real. "Te lo despachan con un auxiliar administrativo y un director de escuela", llegó a ironizar.

Mientras el resto del país se encamina hacia una privatización progresiva, donde más del 50% de la oferta universitaria en España ya es privada, Castilla-La Mancha reivindica su red pública como herramienta de equidad y vertebración del territorio.