La despoblación es uno de los problemas que sucumbe al medio rural de Castilla y León. El éxodo de vecinos de los pueblos a las ciudades no solamente provoca que estas zonas se vean duramente afectadas por la bajada de población, sino que también trae consigo la merma de recursos y de oportunidades. A pesar de ello, de este abandono que viene también de las instituciones, los que se quedan en los pueblos intentan luchar contra la despoblación y recuperar la vida que algún día tuvieron. Es el caso del Ayuntamiento de Villagatón-Brañuelas, formado por 13 pedanías y situado en el puerto del Manzanal, en León.

Este municipio leonés tuvo una gran importancia cuando las minas de carbón de la zona estaban en activo. Era el lugar donde se lavaba el carbón y posteriormente se cargaba en los trenes, de ahí su buen servicio ferroviario. “Vivíamos de la mina y del ferrocarril”, señala en declaraciones a ElPlural.com Carolina López, alcaldesa del Ayuntamiento desde 2015, quien también explica todos los proyectos que están realizando en la actualidad para revivir los pueblos.

En 1994 el municipio ya se vio afectado con la primera reconversión minera y trajo consigo el parón de la primera mina, que daba trabajo a 600 mineros de Villagatón-Brañuelas. En 2015 la población ya no llegaba a los 600 habitantes, cifra que contrasta con la de anteriormente, cuando las minas estaban en funcionamiento, momento en el que superaba las 4.000. La pérdida de población provocó que se cerraran los colegios y todos los servicios que existían.

Mina en el municipio de Brañuelas

El equipo del Ayuntamiento, junto a las Juntas vecinales y un grupo de voluntarios prejubilados mineros y ferroviarios decidieron en 2015 reconvertir la situación, impulsar un punto de inflexión y recuperar la vida de sus pueblos. “Empezamos a mirar y examinar qué era lo que teníamos y cómo lo podríamos utilizar. Vimos que teníamos monte y comenzamos a examinarlo”, comienza detallando López.

Cada año, aunque en 2020 no lo han podido desarrollar por la pandemia, escogen dos o tres pueblos para poner en valor todo lo que hay en ellos, su patrimonio histórico, etnográfico y demás, para desarrollar rutas senderistas y restaurar infraestructuras en ruinas.

Oportunidades en el monte

¿Cómo podemos sacar rendimiento al monte? Esta fue la pregunta que se hicieron en el municipio para terminar impulsando diferentes actividades, como la extracción de la resina de los pinos, la industria del brezo, la ganadería extensiva, la recogida de setas en la época y el senderismo.

Los estudios de viabilidad que realizaron sobre sus montes desvelaron que sus pinos podrían ser resineros, la recogida de las setas en época podría crear trabajo, su importante vegetación de brezos podría atraer empresas que lo trabajan y se podría impulsar la ganadería extensiva. “Empezamos a estudiar nuestros pinos para ver si podríamos utilizar su reina. Hicimos un estudio de viabilidad y descubrimos que, como los de Tabuyo del Monte [localidad cercana], también podrían ser resineros. Era un aprovechamiento viable y hoy contamos con once resineros”, relata López al respecto.

Pero mucho más mérito tiene que hayan conseguido atraer a una de las empresas que trabajaba el brezo en Cataluña para que se asiente en el municipio. “Como teníamos mucho brezo empezamos a hablar con varias empresas y a principios del año 2019 una empresa catalana del brezo se asentó aquí, en unas antiguas instalaciones mineras, donde ha ido montando poco a poco su nave de producción. Ahora ya cuenta con unos 24 trabajadores”.

Su enclave privilegiado en los Montes de León y una altitud que oscila entre los 800 y 1.300 metros, aproximadamente, en función de cada pueblo que compone el Ayuntamiento, ha sido motivo para impulsar el senderismo en la zona. Una de sus rutas más destacadas en la Ruta del Górgora, la que han limpiado y preparado para hacerla más atractiva y accesible. Además, también han sacado a la luz una galería romana de oro de 140 metros de longitud.

Aprovechando el pasado minero

Para no olvidar y aprovechar el pasado minero que marcó a estos pueblos, se procuran restaurar sus edificios, dándoles una nueva vida y función. La estación del tren, con varios inmuebles declarados en estado de ruina, se ha restaurado y en 2016 se hizo el Museo del Ferrocarril y Minería. También se está construyendo una maqueta para mostrar el trazado antiguo. Una casa de sobrestante se ha arreglado y se ha convertido en bar-restaurante. Una vez terminada la obra se ha sacado a subasta y lo ha cogido un joven que ha creado cinco puestos de trabajo.

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La creación de puestos de trabajo ha atraído a diferentes personas, que han decidido asentarse y traer a sus familias. Ello ha provocado que el colegio haya reabierto sus puertas después de 15 años cerrado, primero con 6 niños y una unidad escolar, después con 12 niños y dos unidades escolares, ya que pertenecen al Colegio Rural Agrupado de Torre del Bierzo. La población ya alcanza los 642 habitantes e incluso han llegado ciudadanos de Senegal y Gambia por la empresa del brezo, lo que, según confirma Carolina López, “es una buena forma de aprender de otras culturas y enseñárselo a los niños”.

La ‘puñalada’ de Renfe

“El coronavirus nos ha quitado de un plumazo todos los consultorios médicos y los trenes. Queremos luchar contra la despoblación del medio rural y se utiliza cualquier cosa para ir mermando sus servicios”, lamenta Carolina López. Hace un año contaban con la parada de tres trenes en dirección Galicia y otros tres en dirección Madrid, lo que les permitía acercarse fácilmente a las localidades de Bembibre, Ponferrada, Astorga y León, donde tienen que ir a comprar, al banco y al médico.

Con motivos de la pandemia, Renfe ha decidido reducir los servicios, dejando a los vecinos de esta zona únicamente la opción de salir a las 6 de la mañana y volver cerca de las 12 de la noche. La gravedad del asunto llega si se tiene en cuenta que este transporte es indispensable para que personas sin coche puedan ir al médico, los niños al pediatra, los mayores a vacunarse, a hacer la compra ya que no hay tiendas en los pueblos...

Además, hay trenes que pasan pero no paran, lo que López considera como un auténtico despropósito. “Hemos mandado nueve escritos a Renfe y le hemos dado todas las opciones, pero no nos han dado ningún tipo de solución”, denuncia.

“Estás luchando, ves cómo la gente se involucra, cómo viene gente a los pueblos e incluso empresas, pero al tiempo ves cómo te van quitando recursos. Solo queremos un poco se sensibilidad, unos servicios dignos”, sentencia López.

Estación de tren Brañuelas