Desde Chile la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, intenta embarrar el discurso tras la imputación de su novio, entrelazando cosas que no tienen nada que ver. El pasado domingo, la líder regional pasaba a la ofensiva contra la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, por una posible vinculación con el grupo Globalia, propietario de Air Europa y “conflictos de intereses” que nunca se han demostrado, por mucho que la derecha se aferre a ello. “Hay un amplio debate sobre el conflicto de intereses que hay ahí, además de que parte del entramado empresarial y de las relaciones que ha mantenido la esposa del presidente están relacionadas con la trama de corrupción que se está investigando”.

Mientras tanto, la magistrada titular del Juzgado de Instrucción Número 19 de Madrid incoaba diligencias previas por dos presuntos delitos de defraudación tributaria y un presunto delito de falsedad documental contra la pareja de la presidenta. Si a ello se suma la defensa que intentaba hacer Ayuso de su pareja refiriéndose a un “particular” contra el que se estaba ensañando la Hacienda Pública y que lo hacía, además, por el mero hecho de ser su pareja, el discurso termina por caerse solo.

Acusa a Sánchez de "ir a la venezolana"

La líder regional acusó a Moncloa de haber “generar polémica para desviar el foco mediático” y de haber “decidido ir a la venezolana” y “utilizar todo los poderes del Estado contra el adversario político” en una entrevista concedido al medio El Mercurio, del país latinoamericano. La responsable de Sol centró su discurso en la ley de amnistía para así no hablar del caso de su pareja, aseverando que Sánchez “se equivoca gravemente, porque España todavía tiene contrapesos” y “un poder judicial y una democracia consolidada que acaba de dar nuestro proyecto una mayoría absoluta en el Parlamento, cosa que él no tiene”.

En un acto de promoción de vinos, la presidenta madrileña eludió referirse al tema “porque está en una vía judicial” y porque a su juicio “no tiene nada que ver” con la Comunidad de Madrid ni con ella a pesar de que disfruta del piso que González Amador adquirió por un millón de euros tras defraudar al Ministerio Público.

“Nadie me va a dar lecciones de libertad de prensa”

Ayuso también defendió a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, después de las amenazas que éste vertió a la periodista de elDiario.es, Esther Palomera, tras algunas de las informaciones que comprometían a la responsable de Sol; y cerró filas en torno al responsable de prensa después de que Rodríguez mintiera manteniendo que algunos informadores encapuchados habían ido a casa de la presidenta, algo que es totalmente falso y que desmintió su propio gabinete.

Así, la presidenta habló de una estrategia “chavista y putinista” porque “los datos de un particular están rondando en los medios”. “Yo soy periodista. A mí nadie me va a dar lecciones de libertad de prensa”, reseñó.

El caso de González Amador empaña el viaje de la presidenta

La presidenta de la Comunidad de Madrid esperaba dedicar este viaje exclusivamente a promocionar la capital de España a inversores, altos empresario y universitarios chilenos, pero tuvo que dejar hueco para responder sobre el caso de González Amador, que comprometió el traslado de la política a territorio latinoamericano.

“El tiempo demostrará lo que pasa aquí. Mientras esté judicializado no puedo hablar”, mantuvo la líder del PP en la autonomía, refrendando que “no es su Gobierno” y “no tiene nada que ver con la gestión” que están realizando desde Madrid.

Las noticias referentes al compañero sentimental de la presidenta trasladaron toda la atención que pudieran suscitar otros temas a tratar en la visita de Ayuso. Sin embargo, la política popular no habló durante dos días, guardando silencio ante las cuestiones que los medios esperaban poder plantearla. Así, no se pronunció hasta el pasado domingo, cuando en las cinto actividades previas a la del día, su equipo de prensa escogió unas pocas preguntas que los medios tuvieron que escribir antes en un papel.

De igual manera, Ayuso viajó acompañada del consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, y descartó una agenda política a lo largo del trayecto. Es decir, no fue recibida por ninguna autoridad local ni mantuvo encuentros con las formaciones políticas de la oposición. De hecho, escogió con mucho acierto el momento en el que cargar con especial fuerza contra la izquierda, ya que lo hizo desde el digital conservador El Líbero, donde deseó a los partidos de ideología contraria a la suya -tanto en España como en Latinoamérica- una derrota “sin paliativos”. “Todo el mundo lamenta cómo estuvo (Santiago de Chile) y cómo está hoy (…) cómo era la inversión, la llegada del talento y de empresas y cómo está ahora”, dijo en relación al presidente Gabriel Boric. Aunque los datos la desmienten, ya que el Banco Central chileno destaca 2023 como el año con mayor flujo de inversión extranjera en Chile desde 2015.

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