Macarena Olona sigue deparando sorpresas –y disgustos– a sus excompañeros de partido en Andalucía, a quienes lideró durante la precampaña y la campaña de las elecciones autonómicas de junio pasado. Tras el mal resultado para Vox, Olona abandonó el Parlamento andaluz con la excusa de que tenía problemas de salud. 

El portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Manuel Gavira, ha manifestado este miércoles que le ha "sorprendido" la nueva posición de la que fuera candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, en relación con la violencia de género, apuntando que "a veces parece que no sabe en qué partido ha estado".

En declaraciones a Canal Sur Televisión (CSTV), recogidas por Europa Press, Gavira se ha pronunciado así tras las críticas de Olona a Vox por "negar" la existencia de la violencia de género. "Macarena Olona, para nosotros, ya es pasado", según ha indicado Manuel Gavira, quien ha reconocido que fue una buena candidata de Vox a la Presidencia de la Junta, pero que tomó las decisiones que tomó. Ha indicado además que la relación de Olona con el presidente de Vox, Santiago Abascal, nunca fue de "fricción", sino de "cariño y afecto".

En relación con la violencia de género, el portavoz parlamentario de Vox ha indicado que sigue existiendo porque las administraciones "no toman las políticas necesarias que tienen que tomar para que esto deje de existir". "¿Significa eso que Vox niega la violencia que sufren mujeres con estos asesinatos? Evidentemente no vivimos de espaldas a la realidad y eso está sucediendo", ha añadido.

No obstante, ha explicado que Vox también dice que existen otros ámbitos de violencia que no están igualmente protegidos o regulados. Asimismo, ha puesto el acento en que muchos de los recursos destinados a erradicar la violencia machista se "pierden en fundaciones, observatorios o en laboratorios y las ayudas no llegan directamente a las víctimas".

La nueva Olona

Como se sabe, Macarena Olona dice ahora lamentar "profundamente" que sus discursos todavía sean utilizados por lo que considera "la caverna" para negarla. "La violencia machista por supuesto que existe. A los negacionistas les falta educación", afirmaba el pasado viernes en su vuelta al Congreso, donde presentó una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para restringir visitas a las madres maltratadoras o que presentan denuncias falsas.

En su etapa de diputada, Olona fue muy crítica con las políticas de igualdad del Gobierno de coalición y lanzó un airado discurso en mayo de 2020 negando la violencia de género. "El hombre no viola, lo hace un violador, el hombre no mata, mata un asesino; el hombre no maltrata, lo hace un maltratador", enfatizó, recalcando que "la violencia no tiene género".

Dos años y medio después, alejada de Vox y de evuelta a su profesión de abogada del Estado, Olona sigue pensando que la violencia de género no existe, pero precisa que es una cuestión etimológica que ya denunció en su momento la Real Academia Española por la traducción del inglés. "Ese término supone criminalizar al 50% de la población por el mero hecho de ser varones, y un hombre que maltrata no lo hace por el hecho de ser hombre, más bien porque considera que es su mujer en términos de pertenencia machista", ha explicado.

Por ello asegura lamentar "profundamente" haber dado un discurso en este Congreso que se haya podido utilizar "por quienes viven en una caverna y son negacionistas de la violencia machista". "Quiero expresarme con total claridad, para que todos aquellos que consideren que mi discurso les ha dado alas para negarla, dejen de utilizarlo", ha añadido.

Eso sí, considera "evidente" que no todo asesinato que se produce en el entorno familiar tiene por causa el machismo y por eso pide sacar la ideología de estos temas. Además de desmarcarse de quienes considera "la caverna", que incluso "niegan que exista la violencia homófoba", Olona llamó a "salir de las trincheras" y lamentó que Vox limite su campo de actuación a la derecha: "No se puede proteger a los españoles con toda la amplitud que merecen haciéndolo a la pata coja o con una pierna atada, mirando sólo a la mitad de la población y dejando fuera a la otra mitad”.