En otro momento y con otra composición del Ayuntamiento de Granada, el nuevo alcalde Luis Salvador (Ciudadanos) se habría sentido inquieto con la amenaza de Vox de sumarse a una moción de censura que le arrebataría la recién conquistada vara de mando. No es el caso, dado que Salvador solo dejaría de ser alcalde si el Partido Socialista promoviera dicha moción de censura, que solo podría triunfar con el consentimiento de los concejales de Vox.

Ayer, la secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, dijo que su formación estaba abierta "a cualquier escenario" ante una posible moción de censura impulsada por las fuerzas más votadas, en referencia al Partido Socialista, que ganó las elecciones. Encabezado por Francisco Cuenca, el PSOE logró diez ediles, por siete del PP, cuatro de Cs, tres de Podemos-IU-Adelante, y tres de Vox.

Para Olona, lo acordado entre PP y Ciudadanos para repartirse el gobierno municipal de la ciudad es un “pacto de la vergüenza” cuyos términos fueron acordados en Madrid por las direcciones nacionales de ambos partidos: “Se decidió rendir Granada a cambio de tres ayuntamientos y la Comunidad de Castilla y León".

Olona integró el equipo negociador por parte de Vox y sabe de lo que habla cuando asegura que Salvador "prometió" al popular Sebastián Pérez (PP) el relevo en la Alcaldía a mitad del mandato: el alcalde "miente cuando lo niega [dado que] Granada se acostó con un acuerdo a tres en el que Sebastián Pérez asumía la Alcaldía como fuerza más votada de centro-derecha, si bien durante esa madrugada las direcciones nacionales de PP y Cs procedieron a un cambio de cromos en el que entraron las ciudades de Burgos, Palencia y Huesca, además de Castilla y León”.

Mientras tanto, el nuevo equipo de gobierno de PP y Ciudadanos dio a conocer ayer las 80 medidas acordadas entre ambos a partir de la fusión de los programas electorales de una y otra formación.