En ningún momento cita al escritor, pero da suficientes pistas como para que el lector sepa de quién está hablando. El artículo de hoy de la escritora Almudena Grandes en El País, titulado ‘Ídolo’, habla de la nueva decepción que ha sufrido con Mario Vargas Llosa. La única pista directa que da es el enlace a un artículo del también escritor Javier Cercas referido al premio Nobel de Literatura.

“Leer sus libros no sólo me regaló una vocación, sino un lugar en el mundo (…) Me bastaba tener un libro suyo entre las manos para sentirme más inteligente, más segura, más fuerte y más feliz, como si la admiración que sentía por él creara una coraza capaz de protegerme de todo mal”, escribe Grandes, que también tiene la elegancia de no mencionar las controvertidas opiniones expuestas por Vargas Llosa en la Convención Nacional del PP, en las que lamentó que tantos países latinoamericanos “voten mal”, aunque como ejemplos de mal votar citó Venezuela o Nicaragua, pero no Brasil ni El Salvador.

Admite Grandes que, si bien con el paso de los años su admiración no declinó,  “el torrente bravo, valiente, que seguía fluyendo como un milagro de la naturaleza en las páginas de los libros, se acobardó en recodos inesperados al contacto con la realidad”.

Concluye su artículo trasladando al lector la “insoportable sensación de orfandad” que ha sentido ante la caída de su ídolo. Aun así, añade: “Nada que reprochar (…) los ídolos dan lecciones de vida también cuando se derrumban”.

La autora de 'Atlas de geografía humana' ya publicó en 2017 otro artículo a propósito de la afirmación de Vargas Llosa de que Podemos representaba “la principal amenaza para la libertad y la independencia de los periodistas españoles desde la Transición”.

Escribió entonces Grandes que “algunas ideas de Vargas Llosa han estallado ya, como certeros misiles teledirigidos, sobre el amoroso, indestructible puente que me vinculará con sus libros mientras viva, pero en esta ocasión, la brutal rotundidad de sus palabras me ha sumido en un desconcierto del que no sé si llegaré a recuperarme”.

Almudena Grades parece que logró reponerse. No así Vargas Llosa, cuyos juicios sumarísimos sobre cualquier cosa que suene a izquierdas van a más y parecen escritos con una brocha gorda que jamás utilizó en sus grandes creaciones literarias.