A diez minutos en coche de Sevilla, la localidad ribereña del Guadalquivir pasaría por una ciudad dormitorio. Sin embargo, hoy es considerada como un trocito de Japón en tierras españolas. Esta semana, Coria del Río (30.714 habitantes) ha vuelto a celebrar la ceremonia Toro Nagashi, que solo tiene lugar en Japón y en Coria y en la que se sueltan luminarias al río para que los espíritus de los difuntos puedan descansar.

La festividad tiene lugar cada 15 de agosto desde 2017 a orillas del Guadalquivir. Precisa de la presencia de algún nacido en Japón. El festejo, que aúna lo estético y espiritual, se realizó bajo la mirada de la escultura del artista japonés Kiyoshi Yamaoka conocida como "Templo de las almas". En esta acción, en la que se soltaron 5 mil farolillos biodegradables a las aguas los asistentes se contaron por miles.

La zona cuenta con decoración del lejano oriente y stands de comida japonesa. El alcalde de Coria del Río, Modesto González recalca que ser la avanzadilla de Japón en suelo europeo atrae a miles de turistas y curiosos, “Toro Nagashi nos permite acercar las tradiciones niponas a vecinos y turistas para que vivan la cultura japonesa en primera persona”. En abril, Coria también celebra los picnics y reuniones familiares de la floración en el llamado ‘Hanami’ y en octubre celebran la Semana Cultural Japonesa, con gastronomía, cine, cómic manga, artes marciales y hasta un desfile de yukatas, las batas japonesas.


Pero esta conexión ultramar se refleja en muchos aspectos, más allá de los festejos y celebraciones tradicionales. La cuna andaluza de samuráis se convirtió en un motor económico para la localidad tras la pandemia, atrayendo turismo y dinamizando el emprendimiento empresarial, con propuestas exóticas: ¡Coria tiene hasta su propio sake! La localidad tiene, además, un concejal delegado para las Relaciones con Japón y una activa entidad para la Amistad Hispano Japonesa.

La Asociación Hasekura califica de “éxito espectacular” el último festejo mientras prepara las jornadas culturales de octubre en la que se presentan ediciones bilingües de libros que versan sobre la historia común de ambos extremos del planeta. “Hemos estados 4 veces de visita”, relata el Presidente de Hasekura, Juan Francisco Japón. “El hecho de portar mi apellido –salvando las distancias– hace que te reciban como si fueras un jefe de Estado”, explica. La Asociación Hasekura es mediadora de un flujo continuo de visitas atraídas por el atractivo cultural y media a nivel institucional, ya que el embajador de Japón tiene en Coria del Río una de sus primeras visitas institucionales cuando llega a España.

Todo empezó siglos atrás

También el gobierno municipal ha realizado viajes a Japón para establecer vínculos comerciales, no en vano, productos locales como el jamón o el flamenco son ampliamente consumidos por los nipones. Todo esto, como siempre, no es una excentricidad ni un frikismo de los corianos. Esta conexión tiene su origen en la Historia.

Todo empezó en 1614, hace más de cuatro siglos. Entonces, llegó a Coria una de las primeras expediciones japonesas a suelo europeo. La comitiva la liderada el samurái Hasekura Tsunenaga: era la misión Keicho, enviada para establecer lazos comerciales y culturales con el rey Felipe III y el Papa Paulo V. En aquel entonces, Sevilla y su entorno era una de las capitales económicas globales gracias a la conexión con el Nuevo Mundo.

Sin embargo, Hasekura Tsunenaga no consiguió sus entrevistas con el monarca y el Papa, quizás por eso, parte de la comitiva comunicó a sus mandatarios nipones que no volverían a su punto de partida, Sendai. Se quedaron a la sombra de los naranjos a orillas del Guadalquivir. Hay numerosas investigaciones que rastrean la descendencia de aquellos primeros samuráis que visitaron y se quedaron Andalucía. Ya en 1647, el Archivo Municipal de Coria registra a un coriano apellidado Japón.

Esto hace que muchos turistas japoneses incluyan a Coria en su ruta como un must. Los viajeros nipones encuentran ecos de su Historia al otro lado del planeta, de hecho, Hasekura Tsunenaga es un símbolo nacional que exploró varios océanos y se erige ante el Guadalquivir junto a otro símbolo nacional nipón, como es el cerezo. Tan lejos y tan cerca.