Algo no acaba de funcionar todo lo bien que debiera en el seno del Gobierno autonómico de PP y Cs. A la rectificación al presidente que ayer le hacía el vicepresidente sobre el inicio del curso escolar, que el primero fijó imprudentemente en el 15 de mayo, se suma hoy no una rectificación propiamente, pero sí un palo en la rueda de la “gran alianza política” para la reconstrucción que ha propuesto Juanma Moreno y respaldado sin condiciones la líder socialista Susana Díaz.

Horas antes del Pleno en el que se debatirá la iniciativa del presidente de intentar unos Pactos de la Moncloa a la andaluza, el vicepresidente de la Junta y líder regional de Cs, Juan Marín, desplegaba su artillería contra la expresidenta y antigua socia política del partido naranja.

Para Marín, la “mano tendida de Susana Díaz no es sincera”. ¿Por qué ese escepticismo preventivo? Porque el Gobierno andaluz “lleva un año y medio tendiendo la mano a los socialistas y estos nos la han retirado cuando más necesario era”, ha dicho el vicepresidente en una entrevista a Canal Sur Radio este viernes.

También ayer Marín se mostró muy crítico con Díaz: "No soy –dijo– la persona más optimista a la hora de pensar que sea un ofrecimiento sincero. Yo tengo pocos motivos para fiarme de Susana Díaz". Se diría que las diferencias de Marín con Díaz tienen un punto de resentimiento cuya clave puede que sea más personal que estrictamente política.

Lo significativo de las declaraciones de Marín no es tanto el contenido de las mismas como el momento político en que se producen, con una abrumadora mayoría de la población reclamando a los partidos que abandonen provisionalmente sus diferencias y sumen talento y esfuerzos contra la pandemia.

A esa reclamación popular sí está siendo, de hecho, sensible la presidenta nacional del partido naranja, Inés Arrimadas, que estos días ha preferido guardarse sus reproches al Ejecutivo de Pedro Sánchez precisamente para favorecer ese gran acuerdo nacional.

Por el contario, Marín se ha apresurado a desempolvar sus críticas al PSOE y a poner condiciones para cualquier acuerdo, que será posible, ha advertido, siempre que el PSOE "no quiera hablar de subir impuestos o de llevarse el IVA y las políticas activas de empleo”.

Si la posición del vicepresidente Marín es, o al menos aparenta ser, poco proclive al gran pacto, la del presidente Juanma Moreno parece ser, en cambio, favorable al mismo: mucho más, desde luego, que la del líder nacional del PP, Pablo Casado.

Desde su entrada en el Gobierno andaluz con el apoyo parlamentario de Vox, Marín y Cs en Andalucía han ido acentuando su discurso antisocialista –basta ver las intervenciones parlamentarias de su portavoz Sergio Romero– y dejando atrás el perfil centrista y moderado que los caracterizó en el pasado. ¿Un error, otro más, de Ciudadanos? Es posible. Dilapidar el patrimonio de la moderación no es buen camino.