Hace algo más de un mes, en el municipio de Quesada se originó uno de los incendios más  importantes de los declarados en lo que va de año en Andalucía y el más grave en la provincia de Jaén en la última década. En este tiempo, los alcaldes de las tres localidades afectadas, Quesada, Cabra de Santo Cristo y Huesa se han convertido en la correa de transmisión entre la administración autonómica y los vecinos afectados por un fuego que quemó más de 10.098 hectáreas, de las que 9.756,78 correspondían a monte público y otras 342 hectáreas a superficie agrícola, principalmente olivar y cereal. Esta semana, los vecinos damnificados han tenido la oportunidad de trasladar a la Junta de Andalucía sus preocupaciones y plantear propuestas para hacer frente a los daños económicos derivados del incendio. El miércoles tenía lugar este primer encuentro entre el delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Eugenio Ortega, alcaldes y agricultores, ganaderos, apicultores y cazadores afectados por el siniestro. El regidor de Quesada, Manuel Vallejo, el municipio más dañado por el fuego, informa del compromiso adquirido por los tres ayuntamientos para ayudar dentro de sus "posibilidades" a las familias afectadas. La primera de las medidas adoptadas en esta cita ha sido la creación de un grupo de trabajo integrado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, expertos de la Universidad de Jaén (UJA), representantes de los tres consistorios (Quesada, Huesa y Cabra de Santo Cristo) y vecinos afectados para subsanar las pérdidas ocasionadas por este desastre medioambiental. BATERÍA DE MEDIDAS La reunión, a tres bandas, volverá a repetirse en el mes de septiembre.  Entre las medidas iniciales destaca la reubicación del pastoreo en otros montes y otros pastos, además de las ayudas directas de los ayuntamientos que cederían lotes para la siembra "para poder pastar el próximo año". Para los apicultores, se plantea reubicar sus colmenas en  montes cercanos. Respecto a los cazadores, se ha acordado, en colaboración con el Gobierno andaluz, rehacer los vaciados de los abrevaderos y facilitar el acceso a los cotos de caza cuando se abra el periodo de veda. Y en cuanto a los agricultores, Vallejo alude al seguro con el que cuentan para recibir las ayudas por los olivos quemados. Al margen de las medidas preventivas, el regidor quesadeño relata la magnitud de un fuego que "hacía que a 30 ó 40 metros de distancia todo ardiera". "Había discontinuidad entre los diferentes focos, las altas temperaturas que se alcanzaron y el viento ayudaron a que las pavesas se mantuvieran vivas y el viento las depositara a 300 metros. Así resultaba imposible luchar contra las llamas". Con ello, trata de salir al paso de las críticas de algunas organizaciones agrarias que cuestionaban la política de conservación de montes y recuerda las inversiones realizadas en materia de infraestructuras, en el mantenimiento de la red pecuaria y en los corta fuegos. UNA CAMPAÑA TURÍSTICA  El fuego también ha dejado daños colaterales. El turismo, según admite Manuel Vallejo, también se ha resentido, "poco, pero se ha notado levemente pese a que el mismo se originó en una zona inhóspita y alejada unos 50 kilómetros del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas". Asimismo, muestra su satisfacción por la campaña específica para reforzar los atractivos turísticos de este espacio natural puesta en marcha desde la Diputación Provincial de Jaén, así como por la inversión de 2.120.000 euros realizada desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para comenzar cuanto antes la regeneración ambiental de la zona afectada, considerada de  alto valor ecológico. Según Vallejo, en un 90 por ciento, la superficie corresponde a montes públicos de la Junta de Andalucía y de los ayuntamientos. Por su parte, el primer edil de Cabra de Santo Cristo, José Rubio, señala que en su municipio los daños han sido menores pese a la cercanía del incendio. "Los vecinos damnificados, aclara, son ocho familias que viven exclusivamente del pastoreo con más de seis mil cabezas de ganado al que ahora hay que buscarle acomodo y pasto para comer. También se ha visto perjudicado un agricultor que ha perdido una nave y un tractor que quedaron completamente calcinados y 800 olivos". Los alcaldes de los municipios implicados reconocen que el incendio ha afectado especialmente a familias humildes cuya economía depende en gran medida de la agricultura o la ganadería de la zona. 'LO HEMOS PERDIDO TODO' Este es el caso de Andrés Rayo Aguado, que acudió a la reunión acompañado de su padre ya jubilado. Andrés es policía local de Quesada y, junto a sus cuatro hermanos, gestiona una pequeña parcela en el municipio serrano. El incendio ha supuesto un serio mazazo para algunos miembros de su familia que se encuentran en el paro. "Resulta que este año esperábamos obtener una producción medio decente y ahora lo hemos perdido todo", apunta tras explicar que han perdido más de 400 olivos de una finca que no llega a las dos hectáreas y cuyas pérdidas iniciales se elevan a los 60.000 euros. Ahora, están a la espera de una valoración más exhaustiva del terreno y el cultivo afectado por parte de Asaja, la asociación agraria "que nos ha asesorado en la documentación a presentar en las diferentes administraciones con el fin de recibir las ayudas por este desastre medioambiental". Tomás Dimas Moreno Marín, apicultor, es otra de las víctimas del fuego de Quesada. Desde hace más de 17 años se dedica a la crianza de abejas. Cuenta con tres asentamientos, uno de ellos ubicado en el término de Huesa, que es el que se ha visto más perjudicado por el incendio. "Tenía 45 colmenas, 26 se han quemado y el resto se han visto seriamente dañadas. Ya he denunciado unas pérdidas que rondarían los 5.000 euros", afirma. Sin embargo, su gran temor es perder las ayudas medioambientales que concede el gobierno andaluz por asentamientos y a ello le suma una climatología adversa que conlleva una reducción importante en la producción de miel. Mientras tanto, se muestra confiado en que las ayudas lleguen en breve para "levantar de nuevo este asentamiento apícola al que le he dedicado mucho tiempo y esfuerzo". Por su parte, la Junta de Andalucía se comprometió a actuar "de forma inminente" para evitar la erosión en la zona afectada por el incendio. El delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio anunció la existencias de unas negociaciones con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente "para que aporte una parte correspondiente, como lo va a hacer la Junta de Andalucía", para actuar en el área afectada por las llamas.