Deja la presidencia del partido en Granada, pero no su acta de concejal de la capital, donde el PP comparte gobierno con Cs y apoyo externo de Vox. Hoy, Sebastián Pérez ha dicho basta y ha presentado su dimisión irrevocable, cansado de “no tener el apoyo o el respeto” de las cúpulas regional y nacional del partido, que dirigen Juanma Moreno y Pablo Casado, respectivamente. Así es muy difícil, lamenta, “hacer política”.

La chispa que ha hecho estallar una situación ya de por sí cargada de desavenencias desde hace tiempo ha sido la presidencia de una nueva comisión municipal para la revisión de los grandes contratos de la ciudad, que en principio iba a ser para Vox, y que finalmente ha asumido el alcalde de la ciudad, Luis Salvador (Cs), con quien a su vez Pérez mantiene un enconado contencioso desde el arranque mismo de la legislatura.

El expresidente del PP se sintió engañado por Salvador –en otro tiempo dirigente y cargo público del PSOE–, quien le habría prometido que sería alcalde solo dos años, mientras que los dos restantes Pérez ocuparía la alcaldía. En realidad, a la exigencia de Sebastián Pérez nunca le echaron demasiada cuenta ni siquiera dentro de su partido.

Esta misma semana, Pérez arremetió públicamente contra la gestión de su partido en la Junta de las irregularidades detectadas en Cetursa, la empresa ue gestiona Sierra Nevada, y sobre el caso Serrallo, que juzgará las presuntas irrregularidades urbanísticas cometidas durante los mandatos del PP con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Granada.