El pleno municipal de Sevilla del día 19 mostró la distancia existente entre el debate político y la realidad. Vox preguntó si el Ayuntamiento iba a seguir fomentando actividades ideológicas en los colegios de Sevilla. El alcalde respondió rotundamente que no, descartando los talleres de educación afectivo sexual que se imparten desde hace 4 años.

Sin embargo, estas presuntas actividades adoctrinadoras están contempladas en el nuevo Plan de Infancia de la ciudad, aprobado en el propio Pleno. Además, ElPlural.com confirma que las actividades ofrecidas a los colegios por el área de Salud municipal no sufren alteración y siguen en fase de oferta para los consejos escolares de la ciudad.

La polémica, a ojos de la concejal de Vox Cristina Peláez, la suscitan unos dibujos recortables en los que, niños y niñas pueden representarse a sí mismos escogiendo pelo largo o corto, brazos o piernas o pene o vulva. Consultados por ElPlural.com, varias expertas recomiendan la inclusión de estas actividades en infantil, lo que viene refrendado por la OMS en Europa o Naciones Unidas.

Además, psicólogas y sexólogas señalan la urgencia de integrar la educación afectivo-sexual lo antes posible, a tenor de la realidad que afecta a cada vez más menores de edad, en referencia a la sexualización que les aborda a través de la pantalla.

La Fundación ANAR constata un incremento del 39,4% en casos de violencia sexual sufridos por niñas, mientras que la violencia machista casi se duplica (un 87% más).

El pin parental en Sevilla

A nivel andaluz, Vox viene de presentar una Proposición No de Ley (PNL) que garantice el derecho de los padres a elegir libremente la educación de sus hijos y el conocimiento previo de los padres de cualquier contenido afectivo-sexual o ideológico que puedan recibir sus hijos en el aula. La ultraderecha rescata el debate del pin parental, esgrimiendo el artículo 27 de las Constitución.

Sin embargo, la PNL de Vox fue rechazada. Aún así, Cristina Peláez trasladó el debate al último Pleno de Sevilla. El área de Salud del Ayuntamiento de Sevilla ofrece a los centros educativos materiales que incluyen contenidos de educación sexual. Esos contenidos, pueden ser demandados o no por el consejo escolar de cada colegio. Es decir, los profesores y los padres decidirán. No hay imposición.

Peláez expresó su preocupación “basta echar un vistazo algunos contenidos para comprobar que se mezclan ideas … con conceptos absolutamente ideológicos y muy sesgados”, en referencia a contenidos sobre juguetes sexistas, o la invitación al uso de un lenguaje inclusivo, lo que para Vox se alinea con “los delirios del Ministerio de Igualdad”.

“¿Piensa, señor alcalde continuar con la elaboración de estos materiales escolares de marcado carácter ideológico?”, preguntó finalmente Peláez. El alcalde, el popular José Luis Sanz fue tajante: “no, no y no”; el regidor continuó, “soy totalmente contrario a campañas ideológicas que se puedan fomentar o implementar en los colegios … en esta legislatura no se encontrará usted recortables”.

El popular explicó los objetivos de su gobierno dentro de las “limitadas” competencias en materia educativa del Ayuntamiento, la prioridad del gobierno de Sevilla es que los colegios “estén limpios, sean agradables y sean seguros”. Peláez concluyó, “gracias, para nosotros es un alivio”.

Sin cambios fuera del Pleno

Como si lo que aconteciera en el Pleno municipal fuera solo el metaverso de la política, un juego de posicionamiento dialéctico, nada ha cambiado en lo referente a los talleres escolares de educación sexual.  Por un lado, el III Plan de Infancia y Adolescencia de la Ciudad de Sevilla 2023-2027 recién aprobado por unanimidad contempla la realización talleres afectivo-sexuales para la adolescencia en centros escolares.

Por otro lado, los polémicos recortables forman parte de los programas y talleres que se ofertan a los centros educativos, entre ellos colegios. Consultada el área de Salud, afirman ser conscientes de la polémica del Pleno, pero no han recibido instrucciones de cancelar o posponer las actividades. De hecho, se han ampliado las fechas para que los centros escolares puedan solicitar el material docente.

Desde la oposición afean la respuesta del alcalde, “Sanz no sabe ni de qué habla y, en vez de confiar en los profesionales –que imparten los talleres–, se dedica a asentir a Vox y a consentir su retrógrada política”, dice desde las filas del PSOE la concejal Encarnación Aguilar.

Salud vs ideología, doctrina vs ciencia

Consultadas varias expertas y profesionales psicólogas y sexólogas, aclaran que estas materias educativas no tratan de sexo o sexualidad, sino de hábitos de vida saludable y educación igualitaria. Esto implica que, desde los 5, 6 ó 7 años, se deje claro que no es lo mismo el sexo de una persona, lo que indican los genitales con los que nacemos,  que el género, la construcción sociocultural que nos define de una u otra manera.

Cristina Peláez argumentó durante su intervención en el Pleno que “el género es un concepto que, si no está atribuido al lenguaje, es un concepto ideológico”. Pero el marco normativo sanitario y la ciencia no dicen eso, “la identidad de género puede coincidir o no con mi sexo, ser mujer implica muchos atributos plagados de estereotipos sociales”, explica Elisa Vizuete, médica con más de 20 años de especialización en programas de salud sexual.

Elisa Vizuete lamenta los términos “anacrónicos” asumidos en el marco conceptual de Vox y ofrece argumentos para naturalizar la educación sexual en las aulas. La sexualidad es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, por lo que cada etapa de la vida debe contar con un aprendizaje adaptado a cada momento. “Que hablemos esto en las escuelas no va a cambiar ni la orientación sexual de nadie ni su percepción de la identidad de género”, valora la experta. Quien se sienta homosexual desde pequeño no dejará de serlo por muchos talleres que reciba, ni viceversa.

Sin embargo, una educación sexual bien impartida puede ayudar a que, aquellas personas que se sientan diferentes desde edades tempranas, puedan sentirse “mejor y más acompañados en una sociedad diversa”, reflexiona Elisa Vizuete.

Por último, está la cruda realidad. Podemos educar en sexualidad en las aulas o no, pero eso implica que los niños se educarán a través de otras fuentes. Diversos estudios alertan que la industria pornográfica se convierte en el primer contacto con el sexo a edades muy tempranas, entre 9 y 11 años. En el 30% de las ocasiones este contacto sucede accidentalmente, fruto de la mera curiosidad infantil.

Las pantallas dan acceso al salvaje oeste del porno que, en el 89% de sus contenidos integra degradación y violencia contra la mujer, según un reciente estudio de Dale una vuelta, que proponen regular desde el Parlamento Europeo el acceso de los menores al porno (Ver aquí).

Quizás el problema y la prioridad de un pleno municipal no deban ser los recortables. El pasado curso, en Sevilla 3.403 alumnos de Infantil y Primaria y 4.101 de Secundaria tuvieron acceso a una educación libre de los desmanes del porno que, sin duda, ofrece patrones ideológicos inasumibles.