El término “reseteo” es un anglicismo más de los muchos que se han incorporado al vocabulario español en el terreno de las operaciones informáticas creo que ya en pleno siglo XX. Si *setear pudiera ser 'poner una máquina informática a cero para que vuelva a empezar su análisis' , resetear sería 'volverla a poner a cero una vez que la hicimos funcionar por primera vez y obtuvimos ya un primer resultado como consecuencia de un primer análisis o escrutinio'. De modo que 'resetear otoños'  vendría a ser volver a someterlos al escudriño de un ordenador una vez se hayan producido una o varias inspecciones o recuentos de sus elementos o sea de las épocas del año que se comprenden ente el 21 ó 23 de septiembre (en eso dudan los especialistas) y el 21 de diciembre. De modo que Otoñales son los trimestres que aproximadamente comprenden los otoños y, como hemos indicado, se caracterizan por ser el comienzo del año agrícola en el hemisferio Norte, en el Sur se intercambian sus características con las de la primavera. Entre nosotros suelen coincidir con la caída estacional de las hojas de los árboles y el cambio de color de los de hoja caduca que se tornan de verdes en marrones o amarillos y algunos en rojos o rojizos, lo cual tiñe el paisaje y los suelos del campo de unos colores ocres novedosos y románticos que anuncian las desnudeces vegetales de los inviernos y los comienzos del fin del ciclo agrícola.

Además, metafóricamente, se compara el renacer de la naturaleza en primavera y verano, con nuestra niñez y juventud y el otoño e invierno con la caída de la hoja y de la vitalidad y acabamiento humanos que además coincide con el blanqueo y caída de nuestros cabellos y pilosidades corporales y con la vivacidad de nuestros movimientos e incluso con la ayuda de bastones y otros medios para reforzar los desplazamientos que desaparecen cuando se anuncia nuestra muerte. Lo cual sirve para diversas transferencias metafóricas con las Edades de las personas y de los colectivos y grupos de personas de las instituciones como ciudades, países, reinos, repúblicas, regiones, municipios y provincias, etc.

En lo que a mi respecta, diré que desde el 20-N de 1975, llevo cuarenta y tres años conmemorando la muerte de Francisco Franco, que me robó la libertad de toda la infancia y la juventud sin resarcimiento alguno de las víctimas. Yo tenía casi treinta años cuando esta acaeció y lamenté profundamente que se produjera en una cama de hospital y sin haber recibido castigo alguno por su traición a la legítima República y por la crueldad con que  ejerció su mandato anti democrático desde el levantamiento armado militar en 1939 hasta esa fecha final en 1975, cuando firmó e hizo firmar a sus ministros las últimas cinco e innecesarias penas de muerte a casi un mes de su propio deceso, acabando con las manos manchadas de sangre lo que con sangre empezó por la forma como reprimió el levantamiento de Asturias y a los españoles leales a la legalidad durante la Guerra Civil y toda la Post-Guerra, hasta ese 1975. Ahora salen a la luz merced a numerosas investigaciones, y al poco cuidado que el poder absoluto le hizo tener al dictador en ocultar sus vergüenzas, emergen, digo, rastros inequívocos de su voracidad, espíritu de rapiña para sí y para los suyos y huellas inequívocas de como él y sus allegados esquilmaron el patrimonio material, artístico e histórico y espiritual de todos los españoles, lo que indica su verdadera ralea y el jaez que le fue propio durante su mandato.

Y por eso, este año en que tanta tinta ha corrido sobre su posible exhumación de la basílica de Cuelgamuros, conviene aclarar la naturaleza interesada de buena parte de sus seguidores y el carácter espurio de los mismos, más claramente que nunca presente y no como en los gritos del ritual fascista (¡Franco, presente! ¡Arriba España!) que sirven hoy de pauta a las interferencias y provocaciones de los golpistas de extrema derecha que persiguen la involución de nuestro sistema democrático y usan el sobresalto de la opinión pública para sembrar el terror en el país.

Sirvan estas líneas para atajar tantos intentos de sobresaltos otoñales y ayudarnos a distinguir las churras de las merinas en tiempos cuando se quiere revolver tantos ríos para ganancia criminal, ilegal e ilegítima de pescadores. Muerto Franco ¡Viva la paz de España y nuestra libertad!