La Iglesia católica entra en campaña. Esta vez de la mano del obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, que en su homilía de ayer en la romería de El Rocío instó a los católicos a votar a formaciones conservadoras, que son las que respetan "el derecho a la vida humana, inviolable desde su concepción hasta su muerte natural".

Durante la ceremonia religiosa, retransmitida en directo por Canal Sur Televisión, el obispo dijo que “hay asuntos que deben de estar por encima de las diferentes estrategias de partidos porque son temas exigidos por la razón, por la ley natural y por el verdadero humanismo”. También aseguró: "No pretendemos imponer una ordenación jurídica derivada de la revelación cristiana, sino que apelamos a criterios morales".

En su homilía ofreció algunas indicaciones sobre cuál debía ser el sentido del voto: "Los católicos votamos a diferentes partidos, pero todos debemos tener en cuenta las afinidades o incompatibilidades de nuestros principios morales con los proyectos, programas y actuaciones de cada uno de ellos".

El obispo pidió implícitamente el voto a los partidos inspirados en estos principios: "Respetar el derecho a la vida humana, inviolable desde su concepción hasta su muerte natural; el reconocimiento, la promoción y la ayuda a la familia, como unión estable entre un hombre y una mujer, abierta a la vida; la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos según las propias convicciones morales y religiosas; el respeto a la dignidad de toda persona, a la libertad religiosa, a los valores espirituales y a la objeción de conciencia; la defensa y ayuda a los más débiles de la sociedad, como ancianos, jóvenes, parados e inmigrantes".

Ya en 2014, cuando era obispo auxiliar de la archidiócesis de Sevilla, Gómez Sierra mostró su "profunda tristeza y decepción al saber que el Gobierno de la nación [presidido por Mariano Rajoy] desiste de la reforma sustancial de la ley del aborto". Para el prelado se trataba de un paso más en la promoción de lo que denominó "la cultura del ‘descarte'", y lo explicó con una referencia al papa Francisco, quien proclamó que "los excluidos no son "explotados" sino desechos, "sobrantes".