¿Qué hará el PP en relación a Vox al día siguiente de las elecciones andaluzas del 19 de junio? Este es uno de los grandes interrogantes que planean sobre los comicios autonómicos y de cuya respuesta puede depender el voto de miles de andaluces.

Las izquierdas no cesan de repetir que Juan Manuel Moreno meterá a Vox en el Gobierno andaluz si la aritmética parlamentaria lo obliga a ello, como ha sucedido en Castilla y León. El presidente y candidato del PP, por su parte, se muestra calculadamente ambiguo: no dice que sí pactará pero tampoco dice que no.

Ayer, Moreno intentó despejar dudas no en el sentido de descartar un Gobierno de coalición con la extrema derecha, sino en relación a los principios a los que, asegura, no está dispuesto en ningún caso a renunciar.

En declaraciones a los periodistas en la localidad almeriense de Pulpí, el presidente andaluz dijo que el PP no dará "un paso atrás en materia de lucha contra la violencia de género, en materia de lucha contra el cambio climático ni de autonomía”.

“No los vamos a dar –remachó Moreno–, hay unas normas que son la Constitución y el Estatuto de Autonomía en las que no vamos a dar un paso atrás y si alguien intenta imponernos otro tipo de agenda que vulnere esa línea roja, pues será inviable cualquier posibilidad de gobierno".

La proclama del presidente andaluz coincide casi literalmente con la aireada el pasado 15 de febrero, dos días después de las elecciones, por el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ante la Junta Directiva del PP regional: "Nosotros no tenemos líneas rojas pero sí tenemos grandes principios: la igualdad entre hombres y mujeres no es negociable para el PP”. Y añadió: "Si alguien piensa que el PP de Castilla y León va a dar un solo paso atrás para defender la igualdad social, laboral, de oportunidades o entre hombres y mujeres se equivoca".

Quince días después, PP y Vox acordaban la entrada de este último en el Gobierno regional con un pacto que incluía el compromiso de impulsar una Ley de Lucha Contra la Violencia Intrafamiliar para “promover medidas preventivas y dotar de una protección adecuada a las víctimas (…) especialmente cuando sean menores, mayores, mujeres, personas con discapacidad o personas vulnerables, y con especial énfasis en el medio rural”.

En realidad, las distintas variables de lo que las derechas denomina 'violencia de género' ya están contempladas en el Código Penal. Lo que no acepta Vox es que la violencia de género tenga un tratamiento diferenciado en la legislación penal, una conquista de las mujeres que dirigentes conservadores como la madrileña Isabel Díaz Ayuso engloban en el 'feminismo machista'.

Aunque el acuerdo con la ultraderecha no incluye la derogación de la Ley contra la Violencia de Género, como quería Vox, Mañueco pone el énfasis ahora en que “hay que mimar a quienes sufren violencia, todo tipo de violencia, sea la violencia machista, terrorista, sexo o raza”.

Algo ha cambiado, sin embargo, en Castilla y León en las políticas relativas a la mujer. La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha advertido que la región, con el nuevo Gobierno de coalición entre el PP y Vox, ha sufrido un "retroceso sin parangón" en materia de lucha contra la violencia de género por ser la única de las comunidades sin las competencias judiciales transferidas en no sumarse al protocolo del Gobierno de España para atender a las víctimas aunque no hayan denunciado.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, calificaba de "malintencionadas" y con "falta de rigor" las declaraciones de la ministra. La respuesta de su departamento a la petición del Ejecutivo central es que "no se iba a suscribir el protocolo propuesto, ya que en Castilla y León ya se estaban ejecutando las medidas incluidas en el documento".

En opinión de la secretaria general del PSOE de Córdoba, Rafi Crespín, Moreno también "le está haciendo el juego a Vox en la negación de la violencia machista al aplaudir y permitir que se la llame violencia intrafamiliar".

Para el movimiento feminista y el pensamiento de izquierdas la diferencia entre ‘violencia de género’ y 'violencia intrafamiliar’ no es meramente terminológica. Lo mismo piensa la ONG en defensa de la infancia ‘Save the Children’, para la que la expresión ‘violencia intrafamiliar’ tiende a “invisibilizar” otras violencias específicas, como la cometida expresamente contra los niños.

Para el catedrático de la Universidad de Córdoba y miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional Octavio Salazar, “la violencia que padecen las mujeres tiene una singularidad que nos permite individualizarla, dotarla de un marco específico y convertirla en prioridad política”.

La insistencia de Vox en englobarla dentro de la violencia intrafamiliar persigue obviar el concepto de género y desacreditar la idea –que la extrema derecha internacional atribuye a lo que denomina 'ideología de género'– de que existe una desigualdad estructural entre hombres y mujeres que está en el origen de la violencia que padecen las segundas a manos de los primeros.