A la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, ni el inquilino de San Telmo ni sus compañeros del PP de Andalucía podrán reprocharle haber pronunciado en público una mala palabra o una mínima queja por no haberla felicitado ninguno de ellos tras su aplastante victoria en las primarias del partido.

El sábado pasado Virginia Pérez arrasó a su competidor, Juan Ávila, un candidato patrocinado por la dirección regional del PP-A que preside Juan Manuel Moreno. Aunque ella prefiere negarlo, todos los observadores han situado a Pérez alineada y respaldada por la calle Génova.

En una entrevista anoche en el programa Acento Andaluz, de 7TV Andalucía, que dirige Fernández Pérez Monguió, Virginia Pérez fue preguntada por las personas de la dirección nacional del PP que la habían felicitado por su victoria: “Prácticamente, toda la Secretaría de Organización, y el secretario general”, Teodoro García Egea. No así, sin embargo, el presidente Pablo Casado.

¿Y del palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta, o de la calle San Fernando de Sevilla, sede del PP-A? Pérez no dijo explícitamente que nadie la había felicitado, pero esbozó una media sonrisa y, con algo de socarronería, respondió: “Están en la pandemia”.

La primera fase del congreso de Sevilla, que concluye este sábado con la proclamación de la ganadora en la votación de los afiliados, ha transcurrido entre gravísimas acusaciones del candidato perdedor, que denunció un “fraude histórico” en el proceso de conformación del censo de afiliados que pretendían votar. “No podemos dejar el partido en manos de cuatro sinvergüenzas”, llegó a decir Ávila en un audio remitido a algunos de sus fieles.

Además de comprometerse a trabajar para unir al partido y “superar las rencillas y personalismos”, durante la entrevista Pérez se refirió hasta en siete ocasiones a Ávila como “mi amigo Juan”. Con amigos así no hacen falta enemigos, pensaría más de un espectador.