La aplastante victoria de Juanma Moreno Bonilla en Andalucía es un ejemplo de cómo confrontar con Vox. El malagueño, a diferencia de Isabel Díaz Ayuso, no ha comprado ni una sola de las ideas del partido de Abascal, defendiendo gestión y moderación frente a artificios y proclamas.

"Vuela libre y toma sus propias decisiones", le dijo Isabel Díaz Ayuso a Juanma Moreno Bonilla en el congreso del PP andaluz que se celebró en noviembre de 2021 en Sevilla. Lo hizo para atizar a Pablo Casado. Lo hizo para reafirmarse como verso libre en un partido encorsetado. Juanma le hizo caso, pero sin alharacas. El malagueño ha hecho de la moderación su armadura.

Los resultados en Andalucía muestran un nuevo camino para la derecha española. El PP quiso seducir a los votantes de Vox acercándose a sus postulados y gracias a Moreno ha descubierto que, también oponiéndose a sus delirios, es posible ganarles, conquistando el centro que el PSOE ha abandonado tras sus pactos con Podemos, Bildu, ERC y compañía. Ayuso y Moreno, antes que ellos, Feijóo, han desactivado la maquinaria ultraderechista con dos estilos antitéticos. La madrileña remedó en su campaña los discursos de sus rivales políticos, el andaluz ha protagonizado una campaña alejada de batallas culturales e ideologías. Mientras una vendía actitud y suficiencia, el otro vendía gestión y contención.

Será interesante ver cómo Alberto Núñez Feijóo combatirá la efervescencia de Vox a nivel nacional. Si lo hará coqueteando con las máximas de Vox o se volcará en el caladero de votos del PSOE. Si debe morder a izquierda o derecha para conseguir el sustento suficiente para arrebatar la presidencia a Pedro Sánchez. Las elecciones andaluzas han servido, además, para calibrar el empuje de Vox. La decepción de Macarena Olona será una lección futura para Santiago Abascal. Teniendo todo de cara, se ahogaron en su soberbia. Los mensajes no calaron en electorado andaluz. Quizá de cara a las generales haya un retorcimiento de ideario, bajando el octanaje y modelando un discurso más cercano al PP del previsto.

Moreno Bonilla ha conseguido unos resultados históricos en Andalucía. Ha zarandeado el tablero. Ha desnudado a sus rivales. Ha pinchado el globo de la ultraderecha. "¿Quiere ser usted mi vicepresidente?", llegó a decir Olona a Moreno en la campaña. El presidente no mordió ni uno solo de sus anzuelos. Estaba advertido por su equipo. Había que abordar el barco socialista. Ahí estaba el futuro, ahí estaba la mayoría. Ni siquiera Ayuso consiguió la mayoría en Madrid, pese a sus magníficos resultados. ¿Está ahí el futuro del PP frente a su rivalidad con Vox? ¿Ha sentado Moreno las bases del PP de Feijóo?