El colegio Joaquín Turina (Sevilla) sacaba a todo su alumnado al patio para celebrar un momento histórico en el centro: la recepción del ‘Label Francéducation’, un distintivo con el que la República de Francia acredita como institución oficial de enseñanza del francés en el extranjero. Al acto acudían, además de antiguos alumnos, docentes y equipo directivo representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores francés.

España es el país con más distintivos de calidad de este tipo con 33 colegios e institutos y el Joaquín Turina es pionero en el bilingüismo de francés. La representación gala agradeció que un centro público “contribuyera a crear herramientas para la cohesión de la Unión Europea”, en referencia al desarrollo del plurilingüismo.

Pero el acto colorido contrastaba con la extensión de un patio casi vacío. Este centro, como tantos otros en España, viene reduciendo el número de alumnos año tras año. La baja natalidad está tras este aspecto desangelado de las otrora bulliciosas instalaciones. Sin embargo, en Andalucía, el descenso de natalidad solo se está padeciendo en los centros públicos.

El caso del Joaquín Turina es paradigmático. Mientras que docentes y equipo directivo se afanan por hacer crecer el sello de calidad –en este caso a través del bilingüismo– de un centro público en un céntrico barrio de la capital de Andalucía, en paralelo, la demanda de educación pública languidece. La respuesta a este fenómeno está en la incertidumbre sobre el futuro de la educación pública.

El Joaquín Turina es un centro en una zona acomodada de Sevilla, con buena reputación y un proyecto docente reconocido internacionalmente. Sin embargo, este curso ha perdido de nuevo una línea en infantil. Ha pasado de ofrecer 50 plazas a nuevo alumnado a solo 25. Hace tres cursos vivieron una reducción similar.

“La reducción de natalidad afecta sobre todo en patios como el nuestro, la incertidumbre no es buena para una familia que piensa en el futuro de sus hijos”, explica el presidente del AMPA del centro, Alberto Soria. La pérdida de una unidad escolar en infantil –una clase– implica no solo la mitad de alumnos, sino la pérdida de recursos, docentes y planificación a largo plazo.

La gestión que hace la Junta de Andalucía de las unidades escolares afecta especialmente a los centros públicos. Los datos que ofrece la propia administración confirman que el descenso de natalidad lo están pagando los centros públicos. En los tres últimos años, la pérdida de alumnado es mayor en la pública que en la concertada, con 3 puntos porcentuales menos en los últimos años.

Educación concertada como apuesta segura

De nuevo, junto al Joaquín Turina encontramos el ejemplo: un concertado, el María Portaceli, mantiene sus 5 líneas desde hace 5 años, independientemente de la demanda y la natalidad. “Al final, la incertidumbre hace que las familias opten por la concertada porque saben que en esos centros sí habrá suficientes plazas. Si optas por un centro público es probable que te quedes sin hueco y tengas que irte a otro barrio. Así que se opta por el concertado”, concluye Soria.

Andalucía es una de las comunidades que aumentan la dotación económica de los conciertos educativos. Es decir, a la dotación que ofrece el Ministerio de Educación, la Junta de Andalucía ha añadido ­–por primera vez– presupuesto adicional durante el gobierno de Moreno Bonilla. Este año, lo han hecho de nuevo con carácter de urgencia a raíz de las necesidades de la pandemia.

El sindicato Ustea ha denunciado esta inercia que desalienta la demanda de educación pública en las mesas sectoriales con la Junta de Andalucía. “Ellos siempre niegan la mayor, pero su estrategia de favorecer a la concertada está clara, los números no engañan”, señala Carmen Yuste, responsable de acción sindical.

Los datos que recopila el sindicato a través de profesores y representantes sindicales confirman que, desde que gobierna Moreno Bonilla, Andalucía ha perdido cerca de 2.000 clases de centros públicos, “son pérdidas netas, calculamos las aulas que cierran y las que abren, ellos juegan al despiste con las cifras, pero los resultados son contundentes”.

El desglose es de 1.457 unidades escolares durante la anterior legislatura del PP en Andalucía y, al menos, 300 más para este próximo curso. “No hay motivo para que el descenso de natalidad se note solo en los centros públicos”, recuerda Yuste. La educación concertada negocia sus cupos y alumnados cada 6 años. Por eso, los porcentajes de centros concertados se ha mantenido prácticamente invariables mientras que las aulas públicas evidencian la sangría de alumnos.

El descenso de la natalidad podría ser la oportunidad para atender las demandas de los docentes: bajar la ratio de alumnos por aula, un reclamo que siempre sonó a lista de los deseos del profesorado, pero que ahora sería más que posible. Otra opción sería la de renegociar los cupos de educación concertada. Sin embargo, la estrategia de la Junta de Andalucía es la misma año tras año: reducir unidades de centros públicos.

Entidades como Ustea o Marea Verde o las asociaciones de madres y padres vienen reclamando una revisión del modelo. Crear dudas sobre el futuro de la oferta educativa pública, sobre todo en Infantil y Primaria, lleva a la educación pública a la inanición con la desaparición de nuevo alumnado. En el último año ha habido protestas en localidades andaluzas como Arahal, Dos Hermanas, Santa Fe, Marchena, Alhaurín o Cádiz capital.

“Espero que no sea una estrategia por parte de la Junta, pero no podemos calcular cuantas familias dejan de solicitar centros públicos por miedo a quedarse fuera”, suspira Soria. Este año, la estrategia del AMPA del Joaquín Turina ha sido, de hecho, “evitar hacer ruido” y no posicionarse políticamente en contra de la administración, “tememos que esto puedo desalentar más aún a los futuros padres del barrio que quieran venir a nuestro centro”. La estrategia pasa ahora por enfatizar todo lo positivo que ofrece el centro, como demuestra la visita de antiguos alumnos que han vivido intercambios en Francia y han descubierto que pueden asistir a clases en francés sin ningún problema.