Poco ha durado la frágil tregua política entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España en la guerra general contra el coronavirus. La chispa saltó a raíz de la intervención de la Guardia Civil de 150.000 mascarillas a una empresa de Jaén para destinarlas a la comunidad de Madrid, pese a que, según el consejero andaluz de Salud, ya estaba comprometida su entrega a hospitales públicos andaluces.

El Ministerio de Sanidad, por su parte, reprochaba a la Junta que no le hubiera informado de que la empresa de Jaén “le suministraba material, algo que deberían haber hecho como lo hicieron otras comunidades", recordaban ayer los socialistas.

El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista, Rodrigo Sánchez Haro, criticó ayer con dureza al consejero Jesús Aguirre por “mentir e intoxicar” en la polémica de las mascarillas de Jaén: "El Ministerio está cumpliendo con su obligación, organizando y repartiendo el material en función la necesidad de cada comunidad".

Esa sería la razón de haber enviado las mascarillas andaluzas a Madrid, donde la situación sanitaria es crítica dado el número de contagiados. La presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, no hizo, sin embargo, ningún gesto de reconocimiento público al ministerio por el envío de esas 150.000 mascarillas.

Sánchez Haro recalcó que el Ministerio había repartido más de un millón de mascarillas, de las cuales 254.000 han llegado a Andalucía, y en concreto 183.200 de ellas en los últimos tres días. "La lealtad es de ida y vuelta, y la Junta no está a la altura de un momento tan excepcional”, dijo el portavoz socialista.