Queda menos de una semana para que los andaluces decidan su futuro. El 19-J marcará el inicio de una campaña electoral en clave nacional que no parará hasta finales de 2023, con autonómicas y municipales de por medio, y los candidatos sienten la presión de estar inmersos en el sprint final de una travesía que arrancó con festividades diversas y que ha acabado con la política de pactos como protagonista: con el bloque de la izquierda fracturado, al menos según las encuestas, el presidente de la Junta y principal favorito a revalidar el cargo, Juan Manuel Moreno Bonilla, deberá decidir entre una gran coalición con el PSOE a la que Espadas se resiste o un entendimiento natural, al estilo Castilla y León, con una Macarena Olona que ya ha adelantado que no investirá a su homólogo popular si Vox no forma parte del Ejecutivo.

Con los líderes nacionales volcados, visitando cada rincón de Andalucía y prometiendo aires de renovación, cada momento cobra especial relevancia. Las altas temperaturas, los viajes improvisados a la playa y la desmovilización que ya se vivió en 2018 presagian una cifra de abstenciones bastante elevada. Además, un gran número de los que saben que acudirán a las urnas todavía dudan sobre quién será el candidato merecedor de su confianza -según el último barómetro del CIS, en las postrimerías de la campaña electoral aún hay un 22,5% de indecisos-.

Pisar el terreno, visitar cada municipio, preparar un programa electoral a la altura del acontecimiento y tener una imagen potente en televisión, además de en redes sociales, es vital para encontrar un futurible ascenso electoral. Sin embargo, bien sea por la poesía de la discusión retórica, la contienda televisada o la expectación implícita que genera, si hay un momento especialmente cuidado es una campaña electoral son los debates electorales. ¿Cómo se preparan? ¿Hay nervios? ¿Qué hacen los candidatos en las horas previas del round definitivo?

“Hubo un momento en el que los debates dejaron de tener importancia, con la llegada de nuevos partidos. Pero ayer vivimos el gran debate: se rompió el encorsetamiento, se gestionaron bien los tiempos y cada uno hizo uso de sus armas con mayor o menor maestría”, explica en declaraciones a ElPlural.com el periodista y CEO de la consultoría política Rebellious Words, Santiago Martínez-Vares.

Más cauta se muestra Ana Sofía Cardenal Izquierdo, politóloga y profesora en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF): “Lo que sabemos sobre su impacto es que no importan mucho, pero el efecto puede estar moderado por el contexto. La pregunta también es: impacto en qué, en el voto (cambio de voto) o en la decisión de ir a votar (movilizarse). Son dos efectos muy diferentes”, relata. “Los debates con tantos candidatos, es decir, en sistemas proporcionales y pluripartidistas, tienen aún menos impacto”, sentencia.

El Día D

ElPlural.com se ha puesto en contacto con varios jefes de campaña que acompañaron en los momentos decisivos a los protagonistas del debate que tuvo lugar este lunes en Canal Sur. El segundo. El más decisivo. El que se jugaba en la casa común del audiovisual andaluz y suponía una posibilidad de enmendar errores respecto al de RTVE, atacar donde no se había atacado y defender con mayor fiabilidad donde otrora se había sido menos preciso.

La sensación de todos los partidos consultados es similar: los seis partidos políticos representados en el debate salieron vendiendo victoria, contentos por el trabajo realizado y por el dinamismo oratorio de su líder. Fue un debate ágil, con cruces de reproches que fueron desde lo pragmático hasta lo preciso, pasando por las torrijas, la masturbación en las aulas y el abrazo de Vox a un Moreno Bonilla que prefirió no poner las cartas sobre la mesa y guardarse algún as bajo la manga que jugar el lunes, cuando la victoria o la derrota se hayan digerido entre bambalinas y toque arremangarse para conseguir que la aritmética saliente de las urnas juegue en beneficio propio.

Sin embargo, si el análisis final es similar en cada uno de los partidos, la preparación poco tuvo que ver en función de cada candidato: “En el primer debate hicimos un timing más extenso, mientras que en este segundo ya solo había que hacer ajustes técnicos. Esa misma mañana, Juan Espadas tuvo una reunión con la Confederación de Empresarios, la agenda no se detiene y cómo el primero tuvo una gran preparación en este segundo debate fuimos más relajados en lo preparativo”, revela a este medio Miguel Ángel Vázquez, senador del PSOE que acompañó durante todo el día al candidato socialista dando los últimos consejos a un candidato al que defiende como “metódico, estudioso y explicativo”. “No es un candidato que busque el espectáculo televisivo”, prosigue.

Menos relajada fue la mañana en el caso de otros candidatos, como, por ejemplo, Juan Manuel Moreno Bonilla. Tal y como explica a este periódico Martínez-Vares, con información muy cercana al candidato popular, el presidente de la Junta fue el único que decidió a primera hora de la mañana acercarse a los estudios de Canal Sur para familiarizarse con el espacio: “Lo tenía todo estudiado”.

Vares también hace hincapié en la preparación realizada por Juan Marín. Según el CEO de Rebellious Words, el equipo que ha ayudado al candidato de Ciudadanos está conformado por gente interna y externa de primer nivel: “Somos unos diez”, revela, por su parte, el equipo del presidente. “Lo cierto es que Juan Marín ha defendido muy bien la gestión del Gobierno. Él, junto a Elías Bendodo, ha llevado el día a día de la gestión gracias a un entendimiento transversal del poder. Esto nos ha ahorrado mucho trabajo. Además, es una persona con una gran memoria fotográfica”, prosiguen.

“Juan [Marín] escucha. Le decimos por dónde puede ir, estrategias y estilos en una tormenta de ideas. Él, a partir de ahí, empieza a perfilar su estrategia tras tomar notas y plasmar lo que trae de su propia cosecha”, añaden fuentes cercanas al líder de Cs, quienes, a diferencia de Miguel Ángel Vázquez (PSOE), explican que la visualización y estudio del primer debate no les llevó más de cinco minutos -el socialista, por su parte, explica que el equipo de campaña hizo un análisis exhaustivo-.

Los instantes previos

Entre bambalinas, desde que te recoge el coche hasta los últimos brochazos de maquillaje que camuflen las ojeras de una campaña a contrarreloj. Es el momento final, la espera en el túnel de vestuarios, el momento de insuflar ánimos y serenidad a partes iguales: “Ayer fuimos a recoger a Juan [Marín] en una furgoneta de campaña del partido. Se duchó, se cambió y la maquilladora fue a casa a darle un primer toque. Su jefa de Gabinete, que lo conoce muy bien, lo que hizo fue ponerle música de Fito & Fitipaldis. Hace un par de semanas estuvo en un concierto suyo en La Cartuja… es muy fan”, revelan desde su equipo de campaña.

“Se le traslada un mensaje de serenidad. Se trata de mantener la estrategia definida. Juan Espadas es un hombre con grandes dotes de palabra que se desenvuelve mejor sin papeles que con ellos. Puede intervenir de forma eficaz durante un largo tiempo de una forma pausada, calculada y explicativa”, indica, por su parte, la mano derecha en la preparación del debate del candidato socialista. “El anterior debate se analiza exhaustivamente para ver dónde se puede mejorar y cómo se puede atacar para desmontar la estrategia del rival. Nosotros pusimos todo nuestro acento para desmontar una gestión ineficaz de Moreno Bonilla, combatiendo su incapacidad con propuestas de Gobierno”, sentencia.

ElPlural.com ha tratado de obtener información sobre el resto de partidos presentes este lunes en el debate de Canal Sur. Sin embargo, a la hora de publicación de esta noticia, no ha obtenido respuesta. 

Un gran ganador, dos dignos contrincantes y un perdedor

Sobre quién ganó y perdió el debate, las opiniones son muy diversas. Santiago Martínez-Vares, en cambio, lo tiene claro: “Moreno Bonilla fue el gran ganador. Por detrás, jugaron muy bien papel Juan Marín, que le había echado muchas horas y supo aprovechar su momento con el ‘momento torrija’, y Teresa Rodríguez, que dejó patente que conoce la tierra y ha trabajado mucho en estos años en la Junta”. “Es especialmente llamativo el caso de Juan Marín. Ha llegado al último cuarto de la campaña vivo, jugándose la representación en un puñado de votos, siendo capaz de coger el balón y encarar en el momento preciso. Se nota la gestión. Juan Marín ha sido el mejor consejero de campaña de Juan Manuel Moreno Bonilla, superando incluso a Elías Bendodo”, remacha.

Por el contrario, como gran perdedor de la noche, el consultor señala a Juan Espadas, quien, a su juicio, “no encontraba su sitio, ciñéndose a hablar de un lobo [Vox] que ya lleva en la Junta cuatro años”: “No hizo una sola propuesta”, sentencia.

Vares tampoco tiene buenas palabras para Macarena Olona ni para su jefe de campaña, Álvaro Zancajo, de quien dice “que no tiene ninguna experiencia acreditada ni conoce Andalucía”: “Nuestra región es muy rica y diferente. Ni siquiera las provincias tienen nada que ver entre ellas, y los debates han sido la culminación de una campaña horrible de Macarena Olona, en clave nacional y con brochazos demasiado gruesos para comprender toda la idiosincrasia de esta tierra. Se les han caído las mentiras. El marketing malo no aguanta una campaña. A Olona le han faltado muchos matices. Veremos lo que pasa el domingo, pero han faltado muchos matices a su candidatura, que es lo que pasa cuando traes a alguien de Madrid a asesorarte”.