Son las 00:16 horas del 26 se de septiembre. El silencio del PSOE andaluz sobre la debacle socialista ha sido total hasta ese momento. Todos piensan lo mismo pero nadie lo verbaliza públicamente. Quien rompe el silencio es la secretaria provincial de la poderosa agrupación de Sevilla, Verónica Pérez, persona muy cercana a la presidenta andaluza, Susana Díaz. Fuera o no concertado previamente ese mensaje con Díaz, las interpretaciones periodísticas del 'tuit' de Pérez solo podían ir en una única dirección: la secretaria general de los socialistas andaluces tiene-que-estar-detrás de ese "Y ahora qué?" con el cual Verónica Pérez remataba anoche en su cuenta de la red social esta reflexión: "Harta de "resultados históricos" del partido al que quiero tanto, harta de volver a pulverizar nuestros peores resultados...Y ahora qué?". El incendio estaba servido.
El mensaje fue retuiteado casi 600 veces en pocas horas, pero también recibió réplicas como la de José Antonio Pérez Tapias, líder andaluz de la corriente Izquierda Socialista, que disparaba a su vez: "Los "resultados históricos", tanto los buenos como los malos, vienen de "ciclos históricos". ¿O no hay procesos de gestación?".
Verónica Pérez lanzaba su mensaje un par de horas después de conocerse los desastrosos resultados del PSOE en Galicia y el País Vasco, una hora después de que el número dos de Ferraz, César Luena, protagonizara una lúgubre comparecencia sin preguntas y unas diez horas antes de que se reuniera en Madrid la permanente de la Ejecutiva Federal del partido presidida por Pedro Sánchez, sobre cuyas espaldas se cargan desde Andalucía las culpas de la debacle del 25S.
El PSOE es una olla a punto de estallar. Y pocos dudan de que estallará, aunque nadie sabe en qué momento exacto lo hará, si a lo largo de esta semana, si en el Comité Federal del próximo sábado o incluso si después de unas terceras elecciones si el PSOE no se abstiene en la investidura de Rajoy para impedirlas. 
Aunque el mensaje estaba firmado solo por Verónica Pérez, en realidad su hartazgo de los malos resultados y su '¿ahora qué?' son ampliamente compartidos por los dirigentes provinciales y regionales de la federación andaluza. Y por muchos militantes, aunque nadie sabe exactamente cuántos. De nuevo en su rueda de prensa de los lunes, el número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo, tendrá que aplicarse a esquivar la lluvia de balas que le caerá encima en forma de preguntas periodísticas. Todos querrán saber qué hará Susana Díaz, pero previsiblemente todos volverán a sus redacciones sin respuesta.
El debate interno entre los militantes de base es, en todo caso, muy intenso. En ocasiones, demasiado intenso. Las discusiones no versan tanto sobre si hay que culpar o no a Pedro Sánchez, que en eso una buena mayoría parece coincidir, como sobre qué es menos desastroso el partido: abstenerse para permitir que gobierne el PP o mantenerse en un 'no' que desembocaría en unas terceras elecciones donde el partido puede salir muy malparado.