No lo van a tener fácil los dos socios del Gobierno andaluz para “encapsular” la campaña electoral de modo que no dañe su buena relación. Sobre todo, no lo va a tener fácil Ciudadanos, que podría perder el 10 de noviembre en Andalucía hasta 6 de los 11 escaños logrados el 28 de abril.

La mengua naranja tendría un beneficiario claro: el PP, que pasaría de 11 a 16 diputados, doblando al partido que hace apenas seis meses le disputaba la primogenitura de la derecha española.

Es el resultado más llamativo de los arrojados por la encuesta de SW Demoscopia –1.009 entrevistas realizadas entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre– para el grupo editorial andaluz Publicaciones del Sur, cuya cadena de diarios locales la publica hoy.

Virgencita, virgencita...

El PSOE volvería a ser la fuerza más votada en Andalucía, aunque dejándose al menos un escaño: sacó 24 en abril y sumaría 23 en noviembre, aunque el sondeo admite una horquilla de entre 21 y 24 escaños, es decir, que podría quedarse como está pero también perder hasta tres diputados.

Ciertamente, con 1.000 encuestas siempre es arriesgada la atribución de los últimos escaños en juego en cada una de las ocho circunscripciones andaluzas, pues que caigan en la cesta de un partido u otro depende muchas veces de unos pocos cientos de papeletas.

También Unidas Podemos se mueve a la baja: sus 11 escaños de abril podrían quedarse en 8, con una horquilla de entre 6 y 9. La pérdida, pues, no es segura pero sí lo es una tendencia bajista cuyo beneficiario directo sería Más País, el partido fundado por Íñigo Errejón, que sumaría 3 escaños.

Los socialistas de Pedro Sánchez, que obtuvieron un 34,2 por ciento de los votos el 28-A, tendrían que conformarse ahora con el 33,4, muy distanciados en todo caso del PP, que llegaría al 20,7 después de haberse quedado en abril en un decepcionante 17,9.

Fidelidad dentro de un orden

Dos datos de la encuesta serán mirados con lupa por los estrategas socialistas: que uno de cada diez votantes del PSOE se pasaría a Más País y que un 25,4% de las personas que no votaron el 28-A sí daría ahora su apoyo al PSOE.

Significativo es también el comportamiento de los votantes de Vox, que se mantendrían fieles al partido ultra otorgándole de nuevo los mismos 6 diputados logrados hace seis meses.

En contraste con lo que sucede en otros partidos y muy especialmente en Ciudadanos, el PP tiene el porcentaje muy alto de fidelidad: un 74,1 de quienes lo votaron en abril volverán a votarlo en noviembre. En el partido de Albert Rivera, en cambio, uno de cada dos votantes de abril no volverá a votarlo el 10-N.

Mucho tendrá que morderse la lengua el líder de Ciudadanos y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, para “encapsular” la campaña  –es el término acuñado por el Ejecutivo autonómico– mientras contempla la desbandada de sus votantes hacia territorio PP.

Cuidado con Íñigo

En la izquierda, según SW Demoscopia, hay más o menos el mismo número de votos que pasa de Podemos al PSOE que del PSOE a Podemos, de manera que la incógnita está en cómo le afecta a uno y otro en la irrupción de Más País, que concurre únciamente en las provincias de Sevilla, Málaga, Cádiz y Granada.

No obstante, parece que la formación liderada por Pablo Iglesias será la principal damnificada: un 11,8% del votante de Unidas Podemos en abril se marcharía a Más País, y cerca del 5% al PSOE, con la particularidad de que los de Sánchez lograron 1.563.000 votos el 28-A y los morados únicamente 651.000. La campaña electoral que haga cada uno de los tres partidos puede ser determinante.

El sondeo también contiene estos dos datos relevantes: el 9,8% de los encuestados no tienen decidido aún el sentido de su voto y el 13,5% de ellos asegura que no irá a votar el 10 de noviembre, y es que en estas elecciones el porcentaje de abstención puede ser elevado, lo que, al menos en principio, sería una mala noticia para la izquierda.