Alivio en el Gobierno de Juanma Moreno tras conocerse que en la Comunidad de Madrid las tres derechas parecen haber replicado el pacto andaluz de hace seis meses: Partido Popular, Ciudadanos y Vox han alcanzado un acuerdo por el cual el partido naranja presidirá la Asamblea, del mismo modo que en el pacto andaluz la diputada de Ciudadanos Marta Bosquet pasó a presidir el Parlamento.

Oficialmente, para el Gobierno andaluz el acuerdo de Madrid nada tiene que ver con lo que suceda en Andalucía, pero las propias declaraciones de Santiago Abascal días atrás desmienten esa cándida versión oficial. El líder ultra vinculó el desenlace del sudoku madrileño con la estabilidad en Andalucía.

Tictac, tictac

Mientras, el reloj corre. Vox tiene hasta mañana para decidir si retira su enmienda a la totalidad del Presupuesto. Inicialmente, exigía que Ciudadanos se sentara con ellos a negociar las cuentas, pero el líder naranja, Juan Marín, ya ha dicho que no tienen inconveniente en hacerlo, aunque recalcando que ve difícil llegar a acuerdos con un partido tan alejado de sus posiciones.

La interpretación más extendida es que, mañana en el Pleno, darán marcha atrás tras los acuerdos de Madrid, pero no es seguro. En realdad, nadie sabe qué harán, tampoco el Gobierno andaluz, consciente de la confusión que todavía reinaba este martes sobre el verdadero alcance del tripartito madrileño.

Susto sí, muerte no

Lo más que puede decirse es que el pacto madrileño presagia el regreso de Vox al redil andaluz. ¿’Presagiar’ no es demasiado verbo para describir un escenario con tan alto grado de volatilidad? No necesariamente. El Diccionario de Academia lo define como la acción de  ‘anunciar o prever algo, induciéndolo de presagios o conjeturándolo’.

De que los ultras regresarán al consenso nadie tiene dudas; las dudas son sobre el momento en que lo harán: o bien mañana, como desea fervientemente el PP, o bien más adelante, es decir, prolongando el susto y dejando al Gobierno recocerse durante semanas en el caldo de la incertidumbre.

Después del ruidoso anuncio de la enmienda a la totalidad –un torpedo para asustar, pero no para hundir al Ejecutivo de Moreno–, Vox Andalucía ha optado por la discreción y el silencio. Se limitan a estar siempre cerca del teléfono para descolgar sin demora cuando llamen los jefes de Madrid.

Canto general de Bendodo

Mientras, el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, le ha reclamado hoy a Vox que dé marcha atrás y regrese al consenso que garantizaría la aprobación de las cuentas andaluzas. Para el portavoz, no es bueno que se mezclen negociaciones en otros lugares que nada tienen que ver con Andalucía, aunque en realidad fue Vox quien hizo tal mezcla.

Para convencer a los ultras, en su rueda de prensa Bendodo se ha explayado durante más de diez minutos en un canto general de los logros del nuevo Gobierno en solo seis meses: Andalucía lidera la venta española de viviendas; su porcentaje de viviendas terminadas también supera la media española; el índice de producción industrial ha aumentado un 2,6% mientras en España el crecimiento ha sido del 0%; los datos de empleo son esperanzadores; la bajada de impuestos y la reforma del sector público están reactivando la economía andaluza…

¿Hablan o no hablan?

Es llamativo que el hombre fuerte del Gobierno de Moreno haya dicho en rueda de prensa que están negociando incansablemente con Vox para convencerlo de que retire su enmienda a la totalidad, mientras que ayer mismo el presidente dijo todo lo contrario, que no había habido contacto alguno durante el fin de semana.

El ‘no ha habido conversaciones con Vox’ pronunciado ayer por el presidente se ha convertido hoy en su portavoz en un ‘trabajo a destajo al más alto nivel’. Uno de los dos no ha dicho la verdad.