El Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla ha consumado finalmente este lunes, a primera hora, el desalojo de Juan Bautista, el anciano de casi 80 años de edad que residía en el número tres de la calle Macasta y que había sido denunciado por el presunto impago de sus rentas de alquiler. El anciano será alojado provisionalmente durante unos dos meses en una residencia, hasta su realojo definitivo en una vivienda de propiedad pública. Un despliegue policial ha cerrado la citada calle y un equipo de operarios habría sacado de la vivienda los muebles y pertenencias del anciano, para tapar a continuación la puerta y la ventana, según ha narrado a Europa Press la concejal de Participa Cristina Honorato. Todas las viviendas del número 3 de la calle Macasta, según explicaron en su día Juan Bautista y su vecino Emilio, pertenecen a un privado identificado como Ángel Abascal Jiménez, quien según exponen posee numerosas viviendas en el casco histórico de Sevilla, por ejemplo en las calles Cetina, Cervantes o Jesús del Gran Poder. Juan Bautista, de unos 80 de años de edad y una palpable fragilidad física, reside en la vivienda de la planta baja del número 3 de la calle Macasta "desde hace 17 años", procedente por cierto de un inmueble de la calle Cetina también propiedad de Ángel Abascal, según su relato. Mientras el propietario del edificio habría denunciado ante el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla el supuesto impago de las rentas de alquiler en el que habría incurrido Juan Bautista, este anciano advertía de que el casero "se niega a cobrar" las rentas de alquiler y cuando las ha cobrado "no daba los recibos" a sus inquilinos, porque todo era "de palabra". Juan Bautista mostró semanas atrás a los medios de comunicación su vivienda, en un estado deplorable, repleta de humedades y hundimientos, con un mobiliario doméstico directamente vetusto, y ha acusado a su casero de "abandonar" la conservación del edificio, que presenta claras deficiencias. A LA TERCERA VA LA VENCIDA Después de que el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla suspendiese las órdenes de desalojo dictadas para los días 23 de septiembre y 9 de octubre sobre esta vivienda, el desalojo ha sido consumado a primera hora de este lunes de manera absolutamente sorpresiva. Un despliegue policial ha cerrado la angosta calle Macasta y la comisión judicial habría despertado a Juan Bautista "a golpes" en la puerta de la vivienda, según ha explicado a Europa Press la concejal de Participa Sevilla Cristina Honorato (Podemos), según la cual un equipo de operarios ha tapiado la puerta y las ventanas de la vivienda y ha "sacado" de la misma las pertenencias de Juan Bautista y su compañero Valentín, quienes no habrían sido avisados de que el desalojo había sido previsto de nuevo para esta mañana. El Ayuntamiento hispalense, que tampoco tenía constancia de que el desalojo fuese a ser consumado esta mañana, ha movilizado a su Unidad Municipal de Intervención en Emergencias Sociales (Umies) y a sus servicios sociales, según han informado a Europa Press fuentes municipales. Dado que el Ayuntamiento ya había ofrecido a los afectados la opción de contar con plazas en su centro de acogida de la calle Miguel de Mañara, la idea es reubicarles allí provisionalmente como "primera fase" de su tratamiento. En el caso de Juan Bautista, recordémoslo, se estaría negociando la posibilidad de concederle una plaza en alguna residencia concertada con la Junta de Andalucía, como solución definitiva. De cualquier modo, los afectados estarían siendo realojados de manera eventual en el centro municipal de acogida de la calle Miguel de Mañara.