Ni es la primera vez ni hay razones para pensar que vaya a ser la última. Las palabras de hoy de la exministra Isabel García Tejerina asegurando que un niño de ocho años de Castilla y León sabe lo que uno de diez de Andalucía enlazan con una cierta tradición de la derecha española que ha llegado incluso a incomodar a sus compañeros andaluces, que suelen pagar las consecuencias de unas expresiones de menosprecio que indignan a los habitantes de la comunidad más poblada de España.

Quien se llevaría la palma de la inoportunidad en esta materia sería la entonces eurodiputada y luego ministra Ana Mato, que a solo una semana de las elecciones de 2008 no tuvo mejor ocurrencia que decir que "los niños andaluces son prácticamente analfabetos". Y añadió: "Es que Chaves no ha hecho nada por la educación de los niños. Parece que le gusta y quiere que estén así".

Daños colaterales

Quien entonces pagó los platos que tan alegremente había roto Ana Mato fue el candidato del PP a la Junta de Andalucía, Javier Arenas. El Partido Socialista, con su candidato Manuel Chaves a la cabeza, se lanzó en tromba contra el PP, si bien se cuidó de dirigir sus dardos más letales contra Arenas.

Fue tal el revuelo y tan malo el momento que Mato tuvo que pedir disculpas: "Ha sido –dijo– una expresión poco afortunada, porque en ningún caso he querido tachar de analfabetos a los niños andaluces. Si alguien se ha sentido molesto, pido disculpas porque no he tenido intención de molestar a nadie".

No le sirvió, sin embargo, de escarmiento a Mato la polvareda levantada en contra de los intereses de su partido. De hecho, tres años después, en 2011 volvió a las andadas al decir que tenía noticia de que niños andaluces daban clase “en el suelo de las escuelas”. El damnificado fue de nuevo Javier Arenas, que entonces enfilaba su última oportunidad de presidir la Junta de Andalucía. Las elecciones fueron en marzo de 2012 pero no lo consiguió.

Mato y Hernando repiten

El caso más reciente de menosprecio a Andalucía con niños de por medio lo protagonizó el año pasado el portavoz del PP en el Congreso, el siempre locuaz Rafael Hernando. En una entrevista en Radio Nacional, el diputado por Almería defendió que con los Presupuestos Generales del Estado la presidenta Susana Díaz podría contar con “mil millones de euros más precisamente para que en algunas zonas de Andalucía, donde todavía los niños estudian en barracones, tengan escuelas como el resto de ciudadanos y niños en el resto de España”.

Los daños colaterales de la locuacidad de Hernando los sufrió el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, que fue contra quienes arremetieron los socialistas andaluces, muy experimentados en estas lides.

Pero tampoco fue esa la única ocasión en que Hernando reflexionó en voz alta sobre las condiciones de vida de la infancia andaluza. Muchos aún recuerdan con sonrojo el revuelo que se armó años atrás cuando el Gobierno andaluz del PSOE e Izquierda Unida anunció un decreto para garantizar al menos tres comidas al día a los niños pobres. El ocurrente diputado por Almería llegó a decir que con aquella medida “demagógica y bananera” el bipartido estaba dando de una imagen de Andalucía equiparable “a la de Etiopía”.

Este fue su comentario más llamativo en su cuenta de Twitter: "El resultado de 31 años de Gobierno socialista andaluz y tres modernizaciones es que los niños andaluces no tienen para comer tres veces al día". En aquella ocasión, la propensión incontenible de Hernando a comportarse como un bocazas tuvo pagarla Juan Ignacio Zoido, que ocupaba entonces el cargo de presidente del Partido Popular de Andalucía.