El PSOE gobernó durante cerca de ocho años España. No hizo nada para impedir que a los obreros, socialistas o no, se les desahuciara de sus casas. Nada. Pero sí indultó a delincuentes de guante blanco, de esos que sí merecen ser desahuciados y pagarlo con cárcel. Pero no: el PSOE no lo hizo. Y por cosas así perdió.

Hace un año el PP no ganó: fue el PSOE el que perdió las elecciones. Al PP lo votaron los mismos 10 millones de personas que mostraron su confianza en 2008. Entiendo que son los 10 millones de incondicionales que hicieron algo más que ruido durante esos ocho años de gobierno socialista, odiando todo, empezando por los avances sociales o el matrimonio gay (¡constitucional matrimonio gay!), y mintiendo sobre las pensiones, que el PSOE subió: cuando el PP dejó de gobernar en 2004 492 euros era lo mínimo que cobraba un jubilado; el PSOE lo incrementó casi en un 50%, ascendiendo a los 725 euros, y ahí fue donde congeló. La mentira del PP es clara: decir que el PSOE congeló las pensiones es demagógico y sucio. Pero en eso estuvo, y los obispos les hacían la ola y manifestaciones (contra el PSOE, claro). El caso es que al PSOE en 2008 lo votaron 11 millones de personas y en 2011, menos de 7. ¿Ganó el PP o el PSOE se estrelló contra el suelo?

Culpar a la crisis puede valer para entender por qué perdió un porcentaje de esos cuatro millones que perdió, pero sólo un porcentaje. Esos indultos a los golfos de alto postín, amén de otras tropelías, como cambiar la Constitución con nocturnidad y alevosía para complacer a los enemigos de los trabajadores, entre otras, también se comen su porcentaje. ¿Y no haber hecho nada para evitar los desahucios? Pues le va a salir caro al PSOE su última legislatura. Porque si fue socialista y obrero en la primera, en la segunda mejor haber perdido aquellas elecciones o, lo que debería haber hecho en mayo de 2010, convocar elecciones o referéndum. Porque ahora, al menos, podrían dar esperanza a alguien. Pero no, su derechización ha dejado a los ciudadanos más desprotegidos, con el culo al aire ante los bancos, esos que fueron los que verdaderamente arriesgaron por encima de sus posibilidades y ahora ni quieren asumir su parte de responsabilidad ni tienen a nadie que les obligue: del PP no esperamos que lo haga y el PSOE lo pudo hacer, pero estaba más preocupado en su parte del pastel en las cajas de ahorro y no sé en qué puñetas más. Al final el buen trabajo de los buenos, a la mierda por culpa de otros. Si no lo hizo, ¿alguien los creerá en el futuro cuando prometan hacerlo?

Soraya Rodríguez se excusa. Bien, demasiado tarde, Soraya, ya no gobernáis y la credibilidad del PSOE está en cuestión, y que nadie se extrañe por qué. Pero se agradece la sinceridad y es loable. Está bien que ahora en la oposición se acuerden de que eso se les pasó y, bueno, a ver si el PP lo hace (¿risas? Ni puta la gracia). Pero el PSOE no sólo está en la oposición, también gobierna: en Andalucía. Aquí y ahora es donde tiene la ocasión de demostrar de qué pasta está hecha el PSOE, porque todos esos avances sociales que el PP se está pasando por donde la ingle pierde el nombre fueron obra y gracia (y esta sí la tiene) de los socialistas durante los años ochenta. Así que bajarse los sueldos hasta poder mirar a los ojos al pueblo (su público, esos que no son indultados, sino desahuciados), una de las medidas, pero antes impedir que los andaluces sean echados de sus casas. Así podrán llegar a recuperar el respeto. Será más efectivo eso que mandar al paro a los pobres chóferes para crear buena imagen.

Si alguien se piensa que el PSOE solo tiene que esperar a 2015 para volver a gobernar, porque el PP sea menos popular de lo que es de por sí, está equivocadísimo. No será así. ¡La pelota está en su campo, el andaluz!