Operación ‘Salvar a Salvador’. Así, con algo de sorna, podrían denominarse las maniobras desesperadas del partido de Inés Arrimadas para mantener a Luis Salvador como alcalde de Granada después de que, ante la amenaza del exconcejal del PP y hoy no adscrito Sebastián Pérez de apoyar una moción de censura que daría la Alcaldía al PSOE, le hayan retirado su apoyo y estén decididos a dejarlo solo al frente del gobierno local.

El alcalde y también coordinador provincial de Cs, Luis Salvador, recabó ayer en Madrid el apoyo de la dirección nacional de su partido y lo obtuvo. Cs ha decidido aguantarle el pulso al PP y sostener hasta donde haga falta que el acuerdo alcanzado en 2019 dejaba claro que Salvador sería alcalde durante los cuatro años, y no solo los dos primeros, como siempre sostuvo Sebastián Pérez y sostiene ahora –pero no durante los últimos dos años– la dirección provincial del Partido Popular.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía y coordinador autonómico de la formación naranja, Juan Marín, se pronunció en el mismo sentido: "Hay un acuerdo firmado con el PP para que Luis Salvador sea alcalde durante cuatro años: no hay otro debate", intentó zanjar el dirigente naranja.

Desde la dirección regional del PP se intenta mantener en este debate el perfil más bajo posible. Probablemente, el presidente Moreno y su consejero Elías Bendodo preferirían dejar las cosas como están en Granada para no humillar a Cs. Para San Telmo, lo menos malo es que Cs que llegue vivo a las próximas elecciones autonómicas para que el PP no dependa exclusivamente de Vox.

Tras la fracasada moción de Murcia, Moreno y Marín firmaron un pacto de no agresión según el cual ninguno de sus partidos aceptaría tránsfugas del otro. Pero la circunstancia de Granada es particularmente endiablada: si Cs se empeña en mantener la Alcaldía, pese a haber obtenido solo cuatro concejales, se arriesga a que la vara de mando acabe en manos del socialista Francisco Cuenca.

El expopular Sebastián Pérez no va de farol porque ya no tiene nada que perder. Desautorizado por el mismo PP del que fue presidente provincial y en el que militó durante casi 40 años, Pérez quiere cobrarse la cabeza de Salvador, a quien acusa de haber incumplido su compromiso de permanecer dos años en la Alcaldía y cederle a él el sillón al llegar al ecuador de la legislatura.

De los 27 concejales de la Corporación, la derecha suma 14 y la izquierda 13. Un único concejal separa una mayoría de otra, por lo que el voto de Pérez es decisivo. Su pretensión principal, en todo caso, no es darle la Alcaldía a la izquierda (aunque el PSOE fue el partido más votado con 10 concejales), sino quitársela a Salvador.