¿Es el consejero andaluz de Salud y Familias, Jesús Aguirre, un negacionista de la violencia de género, como lo es de modo explícito y aun enfático Vox? Para los partidos de izquierda y las organizaciones feministas, sin duda lo es; para su compañera en el Consejo de Gobierno, Rocío Ruiz, consejera de Igualdad, en absoluto.

“Jesús no se ha explicado bien pero  lo he llamado por teléfono y dejará claro que está absolutamente comprometido en la lucha contra la violencia de género”, dijo ayer Ruiz para calmar la polvareda levantada por Aguirre al asegurar que es “mejor hablar de violencia intrafamiliar que de violencia de género”.

Preguntado por el pacto del PP con Vox en Castilla y León que incluye sustituir la normativa contra la violencia machista por violencia intrafamiliar, el consejero andaluz dijo esto que, según Rocío Ruiz, en realidad no quiso decir:

"La violencia de género es la del hombre contra la mujer, mientras que la violencia intrafamiliar incluye también la que se dirige contra niños o personas mayores. Puede ser más representativa de lo que sucede en nuestra sociedad y, en ese sentido, no veo problema en ampliar el concepto. Lo importante es tener tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia".

La consejera de Igualdad, de Cs, dice estar segura de que su compañero de gabinete no se ha explicado bien y por eso “lo va a aclarar”. No obstante, un día después de sus declaraciones Aguirre todavía no lo ha aclarado. Previsiblemente lo hará hoy, aunque es poco probable que en su aclaración incluya reproches a Vox, paladín del negacionismo en esta materia y más que probable socio de gobierno del PP si, como predicen las encuestas, ambos partidos suman mayoría absoluta tras las próximas elecciones.

Recordó Ruiz que la violencia de género es un concepto “muchísimo más amplio” que el de violencia intrafamiliar y tiene que ver, como señala la propia legislación andaluza, con “toda violencia que se ejerce sobre la mujer por el hecho de ser mujer”.

La consejera también desgranó los méritos de Aguirre para erradicar la violencia de género, entre los que citó la inclusión de políticas transversales en el presupuesto de Salud o implementar en Atención Primaria herramientas para que los médicos puedan detectar a las mujeres víctimas de esta violencia.

La izquierda fue mucho menos indulgente que Ruiz. El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, criticó ayer un "negacionismo" que atribuyó al Gobierno en pleno de Juan Manuel Moreno. Lo dicho por Aguirre es para Espadas "el anticipo de un pacto premeditado con la ultraderecha".

También terció en el debate la ministra de Hacienda, la andaluza María Jesús Montero, que ve en las declaraciones de Aguirre el "peligro" de que el PP andaluz se preste a "desandar" los avances en materia de violencia de género conseguidos hasta la fecha por el movimiento feminista.

Montero censuró que el PP andaluz empiece con los "eufemismos" para designar “el asesinato machista de las mujeres sólo por el hecho de serlo con la única idea de preparar el terreno” para ganar espacio a su derecha o para un hipotético acuerdo con Vox tras los próximos comicios autonómicos, cuya convocatoria Montero considera “inminente”.

También se mostró muy severa la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, que afeó al consejero de Salud en su cuenta oficial de Twitter la utilización del término violencia intrafamiliar en vez de violencia de género con la excusa de que es “más inclusivo”. Piensa Rodríguez que “decir eso es tan zafio como decir que no hay que hablar de terrorismo sino de homicidios, por ser un término más inclusivo”.

Ciudadanos, socio del PP en el Gobierno andaluz, también fue muy crítico con Aguirre. Su portavoz adjunto, Edmundo Bal, fue muy explícito: "Se llama violencia machista; se producen un montón de asesinatos de mujeres por hombres que creen que son objetos de su propiedad. No se puede negar de ninguna de las manera que existe una violencia específica contra la mujer que se basa en ese sentimiento de propiedad machista”.

Mientras, el líder in pectore del PP y todavía presidente gallego Alberto Núñez Feijóo posó de gallego: “No puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con algo que desconozco en su totalidad”, dijo, al tiempo que pidió “no politizar” el asunto.

La todavía portavoz del grupo popular en el Congreso, Cuca Gamarra, intentó salir del paso como buenamente pudo: "Lo que está claro –dijo ayer– es que hay una violencia que vivimos y sufrimos las mujeres y hay otras violencias que también en el ámbito de la familia padecen y sufren otros miembros que también deben afrontarse y los poderes públicos tienen la obligación y la responsabilidad de luchar contra ellas".