Poco podía esperar el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla que uno de los suyos arremetiera con tan anticristiano ensañamiento contra el cartel de la Semana Santa de 2021, que la propia institución cofrade ha elogiado por sus “múltiples simbolismos” y por encarnar “una catequesis doméstica que exhorta a todos a la oración, a vivir esta próxima Semana Santa en familia”.

Escritor costumbrista de talento para representar el color local y con seguridad hermano mayor de la Santa Cofradía de la Sevilla Eterna si esta existiera, Antonio Burgos arremetía en el diario ABC contra el cartel al día siguiente de su presentación, el pasado sábado 27, en la sede de la Fundación Caja Rural.

Toda una generación en peligro

‘El cartel de Ikea’, titulaba Burgos su artículo, donde vituperaba la obra del pintor Chema Rodríguez y aun lanzaba algún dardo contra el Consejo de Hermandades por haberse “adelantado a la Maestranza en cuanto al mamarracho anual de cartel”, en referencia al que anuncia la temporada taurina de Sevilla y que tampoco es del agrado del autor de ‘Juanito Valderrama. Mi querida España’.

Ya en otro artículo de finales de enero, Burgos ponía el dedo en una llaga que pocos habían advertido hasta entonces: “Como en 2022 tampoco haya cofradías, habrá niños de tres años que en su vida habrán visto un nazareno”.

El visionario articulista no precisaba las secuelas que, cuando infantes y bebés de la generación Covid tengan uso de razón, sufrirán a raíz de la dolorosa circunstancia de haber pasado los primeros tres años de sus vidas ¡¡¡sin ver procesionar Cristo ni Virgen alguna por las calles de Sevilla!!!

Heredero a fin de cuentas del ingenio chispeante pero superficial de los hermanos Quintero, la invectiva de Burgos no tendría mayor importancia si no fuera porque levantaba la veda contra el artista, víctima en las redes sociales de insultos e injurias que han llegado a la amenaza, hasta el punto de que Rodríguez ha puesto el caso en conocimiento de la Policía.

"He recibido amenazas"

En declaraciones al programa de Radio Sevilla ‘Cruz de guía’, que dirige el periodista especializado Paco García, Chema Rodríguez –en la imagen– se tomaba con aparente deportividad el escrito de quien está considerado el articulista de referencia en las derechas sevillanas.

“Don Antonio Burgos –decía el pintor– me ha despellejado con un artículo, y yo lo he leído dos veces porque siempre se le saca partido a una pluma tan envenenada, tan rabiosa y tan mordaz; a mí me divierte horrores”.

Rodríguez añadía también: “Pero cuando se difunde mi dirección o mi teléfono y se pone en riesgo a mi familia… He recidibo mensajes y amenazas…, y ante las amenazas más feas tengo que hacer un pequeño esfuerzo para mantenerme en pie. Eso es lo menos cofrade del mundo y lo que menos me esperaba. Ya lo he dicho a la Policía”.

Imagen de Chema Rodríguez en su cuenta de Twitter.

En la órbita estilística de pintores de la talla de Carmen Laffon o Ramón Gaya, el cartel satanizado por la Sevilla más cerril representa una mesita de noche sobre la que se posa una corona de espinas y otros objetos cofrades, como un rosario, una lámpara de aceite o dos estampas del Gran Poder y la Macarena. 

El propio autor debió ser el primer sorprendido por los odios desatados por una obra muy escrupulosa en lo doctrinal y nada extravagante en lo artístico. Ni su estilo artístico ni su perfil personal hacen de él una persona precisamente sospechosa de anticofrade.

Con exposiciones en distintos países, Chema Rodríguez es un pintor muy reconocido como retratista –la alcaldesa Soledad Becerril protagoniza uno de sus retratos– y es además autor del diseño de distintas capillas y oratorios, así como de distintos carteles cofrades, como el del Pregón Universitario o el conmemorativo de la Hermandad de las Tres Caídas de Triana.