Las denuncias llegaron demasiado tarde y la prescripción, demasiado pronto. Nunca podrá saberse de modo fehaciente si el psiquiatra y ex hermano mayor de la Hermandad de Pasión Javier Criado cometió los delitos de abusos sexuales o contra la integridad moral de los que lo acusaban una treintena de mujeres que habían sido sus pacientes. Los hechos denunciados han prescrito en todos los casos salvo en uno, contra la integridad moral, que habría sido cometido en 2015. Ha sido por ese caso que Criado ha comparecido este martes ante la justicia.

Y lo ha hecho ante la misma juez de Instrucción número 19, que en su día decidió archivar y declarar extinguida por prescripción la posible responsabilidad penal del psiquiatra en relación a ocho de los nueve delitos de mala praxis y abusos por los que fue denunciado por un primer grupo de ocho mujeres en el mes de diciembre de 2015. 

Mientras prestaba declaración, a las puertas del Palacio de Justicia la Asociación de Víctimas de Abusos Veritas exhibía una pancarta con la leyenda “El dolor de las víctimas no prescribe. La culpa del abusador, tampoco”, sostenida por varias de las denunciantes.

Ánimo de venganza

Quien fuera psiquiatra de cabecera de buena parte de la alta sociedad sevillana ha declarado ante la juez lo que ya dijo en su día: que todo era mentira y producto del “ánimo de venganza de todas las mujeres contra él". Así lo ha trasladado a los periodistas la abogada de esta paciente, Inmaculada Torres.

Lo que, según la versión de la letrada, Criado no fue capaz de explicar es cómo fue posible que tantas mujeres que no se conocen entre ellas se pusieran de acuerdo con ánimo de venganza y quisieran denunciar. Se pusieron de acuerdo entre ellas “por teléfono”, se defendió Criado. Además, la mujer denunciante hacía “mucho teatro” en su consulta, porque no le pasaba nada. No lo ve así la víctima, que ha declarado ante la juez que el psiquiatra le dio un trato vejatorio durante la media docena de veces que acudió a su consulta. 

La abogada ha trasladado a la juez la petición de 24 mujeres que están dispuestas a contar su caso públicamente en el Juzgado. La solicitud ha sido rechazada por la juez al considerar que "no tienen relación directa con el hecho que se investiga", si bien la negativa ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial de Sevilla".

El baluarte se tambalea

Psiquiatra de prestigio y cofrade de postín, el cerco judicial contra quien fuera uno de los baluartes de la Sevilla más tradicional se estrechaba en diciembre de 2015, cuando 25 de las 32 presuntas víctimas ratificaron en el Colegio de Médicos de Sevilla los testimonios que habían presentado en los meses anteriores ante esta institución acusando al psiquiatra de haber incurrido en mala praxis profesional y de haberlas sometido a "tocamientos impúdicos" y relaciones sexuales "no consentidas" en su consulta "y en su propia casa". 

Ocho de las denunciantes ya habían ratificado con anterioridad sus testimonios ante los tribunales ordinarios, si bien en enero de este año la Audeicnia de Sevilla daba carpetazo definitivo a sus denuncias. A todas menos a una.

En el verano de 2015, días después de estallar el caso, Criado difundía un comunicado considerando los hechos "falsos de toda falsedad" y asegurando que algunos de ellos "ya fueron denunciados hace más de 10 años e investigados en sede judicial penal, finalizando con el sobreseimiento de la causa”.

Hasta el Vaticano

Uno de los puntos de inflexión del caso tenía lugar a principios de septiembre de 2015, con la renuncia de Criado a su cargo de hermano mayor de la Hermandad de Pasión. En todo caso, la cofradía sevillana no había llegado hasta ese momento a pronunciarse públicamente sobre la denuncia colectiva, y ello a pesar de que dicha denuncia perjudicó gravemente el buen nombre de la hermandad. 

El propio Arzobispado de Sevilla se mostró en un principio poco receptivo con la petición de las víctimas de que la Iglesia tomara partido frente al hermano mayor de Pasión. Las mujeres también llegaron a trasladar sus denuncias al Vaticano.

Las mujeres habían denunciado al psiquiatra por un delito continuado de intrusismo profesional, un delito de omisión del deber de socorro, un delito continuado contra la integridad moral, tres delitos continuados de abuso sexual, dos delitos de abuso sexual, y uno de inducción al suicidio, pero la instructora decidió que la investigación siguiera adelante únicamente respecto al presunto delito contra la integridad moral cometido sobre una de las víctimas en 2015.

Delitos y denuncias

En su archivo del caso en enero de 2017, la Audiencia no compartió los argumentos del recurso de las víctimas, que habían pedido la reapertura de la causa porque los hechos denunciados se llevaban “produciendo más de 30 años" y eran constitutivos de un delito continuado. La prescripción, entendían las defensas, "no debe señalarse en función de la fecha en que ocurrieron, sino desde que las víctimas han tenido capacidad para entender lo que les había ocurrido y el daño psicológico producido", es decir, en 2015.

La Audiencia rechazaba lo que denominó una interpretación “peculiar” de los plazos de prescripción, entendiendo que se habían superado los periodos de 3, 5 y 10 años de prescripción previstos para los delitos recogidos en la denuncia.