Fue en Puente Genil.- Donde se habla en andaluz de los bandoleros, un acento que junta cuatro provincias y contrapone un suave seseo al tremendismo miarmero del bajo Guadalquivir. Era  marzo y en un delicioso brunch  apareció un tipo con esmerada media melena y las canas justas, el traje entallado (mi maldad periodística me hizo pensar en el sastrecillo de Camps), los gemelos con los colores patrios y la corbata verde oficial del, como dijo el poeta, cosmopaletismo madrileño. No obstante la apariencia, la conversación resultó sazonada. Empresario de grandes eventos, familiarizado con el entorno personal del aznarismo y deslenguado sin necesidad de vaciar media botella. Dos suaves intercambios, media muleta y allí entró a matar a Casado, con esa sobrada displicencia de los que se saben más allá de la política. Si la grabadora de la memoria no patina la cosa fue: ¿cómo es posible que hayan puesto a este muchacho (en realidad me pareció oír niñato) que va por ahí pregonando estos disparates teniendo a un tío como Feijoo?  Aunque los/las periodistas solemos ser muy proclives a dar la razón al primero que nos encontremos, en este caso adopté el más profesional y comedido encogimiento de hombros. Esta semana nos (mi altocargo y yo) hemos acordado mucho de los gemelos de color patrio.

El joven amo y sus sobrados coleguitas.- Desde bien amanecido el lunes 29 eran ellos los que te pedían que les metieran el micro. Nunca, y nunca es nunca desde Fraga, se habían visto tantas lenguas afiladas, ni siquiera cuando lapidaron al pobre Hernández Mancha. De los litros de bilis destilados, aquí el que sigue, y eso que ni me pidió el amparo de la barrera del anonimato: “se ha conducido con el exceso chulesco (Casado) del joven amo que hereda la plantación de esclavos. Las listas se han hecho manu militari y los coleguitas del joven amo, la mayoría sin influencia orgánica,  se han visto catapultados a puestos que han provocado la indignación de la gente. Ese Cortés de número uno por Huelva, un tipo tan brumoso que utiliza su tragedia familiar como herramienta política ha reventado al partido y ha sido el novamás del “sobradismo casadista”. Y la que viene:  muchos de ellos siguen encapsulados en las listas de las municipales”.

¿Huanma? De Soraya de toda la vida.- No se oía otra cosa por San Telmo y nunca Huanma había sido tan de centro/centro como la mañana del día después. Sólo unos pocos días, obligado por las estridencias de campaña y por no desentonar con el bronco lenguaje del jefe, se le oyó a Huanma algún bufido casadista, pero le salían alas aleves en vez de puñetazos. Mira por donde va a ser cierto que, como Sánchez, Moreno tiene baraka. Y no sólo gobierna en el alambre de la Andalucía hostil con el peor resultado de la historia de su partido sino que del naufragio casadista emerge como gran virtud el hombre que tiene amaestradas a las fieras de Vox. La otra pregunta que se oía cerca de San Telmo era, más o menos, ¿cuántos ataúdes hacen falta para enterrar a Arenas?

Mariposas sobre el cadáver.- Una vez, seguramente por culpa de Borges, escribí el cuento del hombre que conducía por la carretera de siempre que poco a poco deja de ser reconocible, cada vez circulan menos coches, ya nadie le adelanta ni tiene a quien adelantar, desaparecen la estaciones de servicio y los bares de los camioneros, las curvas cerradas que bajaban hacia el mar, las cuestas empinadas, los árboles de los arcenes. La carretera se hace llana hacia ninguna parte y sólo se escucha un perfecto silencio. Es ahí cuando se da cuenta de que seguramente ha tenido un accidente y está muerto. Casado ha tenido un terrorífico accidente electoral y está muerto. Pero aún no se ha dado cuenta. Su bochornoso viraje dialéctico no hace más que cavar más metros de fosa para un cadáver patético. Recordé a Cela y el triste detalle de la mariposa que en su ignorancia se posa sobre un muerto. Peor: sobre un muerto que no lo sabe.