Lo que se vio el jueves en el Parlamento de Andalucía no gusta a todos los dirigentes del Partido Popular. La bronca provocada por el Grupo Popular para hacer visible su disgusto con la escuálida representación de un solo diputado que tiene en la Mesa no fue vista con los mismos ojos por todo el mundo en el partido. Algunos, dentro incluso del grupo parlamentario, hubieran preferido un tono igualmente crítico en el fondo, pero más templado en las formas. A fin de cuentas, lo que estaba en juego no era determinante: tener un puesto más en la Mesa no garantizaría al PP su control. Pero lo que más preocupa a algunos cargos institucionales importantes y a candidatos a las municipales es la posibilidad de que el PP decida no hacer uso de la abstención en el debate de investidura de Susana Díaz y contribuir a un bloqueo de la legislatura que si acaba en nuevas elecciones podría ser un desastre para el PP y si se prolonga hasta después del 24 de mayo puede dañar seriamente las expectativas electorales del partido. LOS ALCALDES NO LO VEN CLARO Un representante de los agentes sociales que recientemente se reunió con un alto cargo del PP en Andalucía relataba a este periódico que su interlocutor le reconoció que estaba en desacuerdo con prolongar el vacío institucional hasta después de las municipales. “Nuestros candidatos a las alcaldías no ven clara esa estrategia, muchos creen que no es acertada”, admitió ese alto cargo. No está claro, en cualquier caso, qué hará finalmente el Partido Popular que dirige Juan Manuel Moreno. La bronca del día de la constitución del Parlamento parece indicar que el partido no está dispuesto a ceder ni un ápice en su decisión de no facilitar la investidura. Que Susana Díaz busque apoyos en Podemos o en Ciudadanos, sostienen en el PP, al tiempo que descargan toda la responsabilidad de la situación en la presidenta en funciones por haber adelantado las elecciones. UN PROBLEMA PARA EL PSOE Un dirigente socialista formulaba en privado este razonamiento: "Si un empresario importante le traslada mañana a Rajoy que tiene proyectos bloqueados en Andalucía, ¿cómo va a justificar el presidente la conducta de su partido?, ¿qué razones puede aducir para no consentir la investidura?". Para el PSOE tampoco es un escenario deseable arrastrar durante semanas esta situación, en tanto que evidenciaría con toda crudeza su debilidad parlamentaria. No cabe descartar incluso que se incorpore a las negociaciones la propia Susana Díaz, que hasta ahora ha dejado en manos de Juan Cornejo y Mario Jiménez los contactos con los restantes grupos parlamentarios. De momento, el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, dispone de dos semanas para consultar con los partidos y elevar su propuesta de candidato a la Presidencia. Así lo establece el Reglamento de la Cámara: "El presidente del Parlamento, previa consulta a los portavoces designados por los partidos o grupos políticos con representación parlamentaria, propondrá un candidato a la presidencia de la Junta. La propuesta deberá formularse como máximo dentro del plazo de 15 días desde la constitución del Parlamento o desde la dimisión del presidente".