Callan porque no se les ocurre ni qué decir ni qué podrían decir. Las direcciones nacional y andaluza del PP guardaban ayer un estruendoso silencio tras la declaración del extesorero Luis Bárcenas en el juicio sobre la presunta caja 'b' del PP.

El líder nacional del partido, Pablo Casado, ya dijo solemnemente el pasado 16 de febrero que no volverían a hablar de este tema, una actitud que guarda ciertas similitudes con el avestruz que esconde la cabeza para ahuyentar el peligro o incluso con aquella peregrina teoría periodística según la cual una buena manera de combatir el terrorismo era silenciar sus atentados.

Bárcenas dijo también ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la presunta caja 'b' del PP que un abogado próximo al partido le ofreció dinero para cambiar sus 'papeles' donde figuraban esas anotaciones, al objeto de blanquear su contenido y sembrar confusión en la opinión pública.

El extesorero declaró que, además de hacerlo con Javier Arenas, entregó sobres con dinero de la contabilidad 'b' del partido al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, y a los exministros Francisco Álvarez Cascos, María Dolores de Cospedal, Jaime Mayor Oreja y Federico Trillo. De todos ellos, el único que sigue en la política activa es Javier Arenas, senador por designación autonómica del Parlamento de Andalucía.

Ayer, a Bárcenas solo le replicó la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que acusó al extesorero del PP de "mentir" sobre los pagos y recalcó que en el pasado ya fue condenado por declaraciones similares a indemnizarla con 50.000 euros por "intromisión ilegítima" en su derecho al honor y al pago de las costas judiciales, pero no ha cumplido.

De las anotaciones contables de Bárcenas, difundidas en 2013 y luego ‘olvidadas’ por el extesorero tras prometerle el PP que su mujer, Rosalía Iglesias, no iría a la cárcel, se desprendía que Javier Arenas cobró 225.762 euros entre 1997 y 2004.

El político andaluz fue secretario general del PP desde 1999 a 2003, etapa en la que Bárcenas era gerente. Cuando estalló el escándalo, Arenas lo negó todo: “Es una contabilidad falsa y fabricada”.

Aunque desligado orgánicamente del PP-A, Javier Arenas es desde febrero de 2019 senador por la comunicad autónoma tras ser propuesto por su partido para el cargo. En el examen, más bien de trámite, que hubo de pasar ante la Cámara autonómica para confirmar su idoneidad para ocupar escaño en el Senado, comenzó así su intervención: “Mi nombre es Javier Arenas. Sobre todo, me considero un andaluz de los pies a la cabeza”.

Para el presidente Moreno, el señalamiento de Arenas por parte de Bárcenas es un problema cuyo alcance no puede predecirse en una etapa tan temprana del escándalo. Está por ver qué posición adoptan sus socios, Cs y Vox, que desde siempre han venido predicando enérgicamente contra la corrupción.