De los siete criterios incluidos en las instrucciones de la Consejería de Educación, de fecha 3 de noviembre, para dar su visto bueno a los libros de texto en centros escolares andaluces solo uno ha levantado los recelos del profesorado y las críticas de los sindicatos. Es el criterio número 6, que obliga a los manuales escolares a la “utilización de un lenguaje equitativo, usando términos genéricos que mantengan la neutralidad, evitando desdoblamientos abusivos”.

El resto de exigencias son las conocidas de siempre, por lo que no era preciso recordarlas con una orden nueva. Se refieren a cuestiones como “el respeto a los valores recogidos en la Constitución Española y en el Estatuto”, la “incorporación de contenidos que tome en consideración el fortalecimiento del respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales” o la inclusión de “actividades que promuevan la práctica real y efectiva de la igualdad”.

Vox se apunta el éxito

En su cuenta oficial de Twitter, Vox se apuntaba el tanto citando la información sobre dichas instrucciones adelantada por Abc de Sevilla: "Vox Andalucía acaba con el abuso del lenguaje inclusivo en los colegios e institutos". Y es que las indicaciones de Educación obedecen a una moción presentada por Vox en mayo pasado y que el Parlamento aprobó con los votos favorables de PP, Cs y la formación ultra. La izquierda votó en contra.

El Parlamento instaba a la Junta a "impulsar la supervisión de los libros de texto y los materiales complementarios con el objeto de eliminar el llamado 'lenguaje inclusivo', que suponga desdoblamiento de términos masculinos y femeninos, de todos los libros de texto oficiales publicados en la Comunidad Autónoma de Andalucía".

La moción impulsada por la extrema derecha apostaba por "garantizar que el lenguaje empleado en los libros de texto y los materiales didácticos complementarios supervisados por la Junta de Andalucía se ajuste escrupulosamente a las reglas lingüísticas establecidas por la Real Academia Española".

No hay transgresión

En realidad, aunque sus excesos puedan exasperar a muchos hablantes, el lenguaje inclusivo no transgrede propiamente las normas de la Academia. Las organizaciones feministas o educativas que promueven su uso tampoco son en general partidarias de un uso generalizado de los desdoblamientos, que aconsejan utilizar solo cuando no sea posible o recomendable sustituir el genérico masculino por expresiones que engloben a los dos sexos, como 'ciudadanía' en vez de 'ciudadanas y ciudadanos' o 'población' en vez de 'hombres y mujeres'.  

Con ocasión del debate en el Parlamento andaluz, la prensa conservadora llegó a calificar entonces de “extremismo” el hecho de que en un libro de Geografía e Historia de segundo curso de la ESO se dijera que en 1492 “se instó a todos los judíos y judías a convertirse al cristianismo o a abandonar el reino” y que “los nuevos cristianos y cristianas recibieron el nombre de conversos y conversas”. 

La parlamentaria socialista Soledad Pérez fue entonces muy crítica con la moción aprobada por las derechas y recordó que el lenguaje inclusivo estaba garantizado en la Ley andaluza de Igualdad, cuyo artículo 9 prescribe que "las Administraciones públicas de Andalucía garantizarán un uso no sexista del lenguaje y un tratamiento igualitario en los contenidos e imágenes que utilicen en el desarrollo de sus políticas".

Pérez reclamaba a diputados y diputadas del ala conservadora "que sean valientes y traigan una modificacion de la Ley de igualdad y lo hagan por derecho, a las claras, y no por detrás con una moción. Van a incumplir una ley y todo el desarrollo del lenguaje inclusivo que se viene regulando en nuestra comunidad autónoma desde 1992 en la administración pública".

Hoy en su cuenta oficial de Twitter, Soledad Pérez, escribía: "Las derechas y Moreno Bonilla siempre están contra la igualdad: ahora incumplen la ley y pretenden acabar con el lenguaje inclusivo. ¿Tanto daño hace nombrar a las niñas en la escuela?".

Una recomendación de la ONU

Los sindicatos de enseñanza no entienden que la Junta haya decidido entrar en un asunto que realmente nunca ha generado conflicto entre en la práctica docente.

Las dos centrales mayoritarias en la enseñanza, CISF y ANPE, han criticado las instrucciones de la consejería sobre una cuestión que, en todo caso, es "un conflicto que, más que exista en el aula, es entre los políticos", en palabras de la presidenta del sector de enseñanza de CSIF-A, Elena García. En declaraciones a Europa Press, el presidente de ANPE, Francisco Padilla, subraya que "los abusos del lenguaje inclusivo en los libros de texto andaluces podemos considerarlos dentro del espacio anecdótico, no creemos que haya sido abusivo".

En sus recomendaciones para el uso del lneguaje inclusivo, la ONU lo define así: "Por 'lenguaje inclusivo en cuanto al género' se entiende la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género. Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género.

Para la profesora Asunción Bernárdez Rodal en su libro Mujeres en medio(s), “un buen profesional debe ser consciente de las trampas a las que nos someten los lenguajes estereotipados propios de los medios, y trabajar para desarrollar estrategias que den visibilidad a las mujeres y a los hombres de forma justa, en toda su riqueza y diversidad. […] Estar siempre atentos y atentas a las frases hechas, a lo que se da por sabido de manera irreflexiva, a los estereotipos misóginos u homófobos que tantas veces