Los datos difundidos ayer por la Plataforma de Infancia son escalofriantes y proyectan la imagen de un país que apenas tiene hueco en los medios, poco atentos a reflejar una realidad que su público tampoco está muy dispuesto a escuchar. España es, después de Rumanía, el país de la Unión Europea con los porcentajes más altos de niños y adolescentes pobres o amenazados por la pobreza.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), presentada ayer y en la que han participado el director de la entidad, Ricardo Ibarra, y el autor del informe, Joffre López Oller, el riesgo de pobreza y exclusión social en España crece entre la población infantil tras la crisis de la Covid-19, situándose en un 33% de niños y adolesecentes afectados, frente al 30% de 2019, mientras que el 28,9% vive en hogares con ingresos inferiores al umbral de pobreza, lo que supone 7,2 puntos porcentuales más que la media de la población (21,7%).

En el ámbito de la Península, Andalucía  tiene la tasa más alta de riesgo de pobreza, con un 43%. La siguen Extremadura (40,3%) y Murcia (40,3%). Son las tres comunidades autónomas con tasas de riesgo de pobreza y exclusión social en la infancia muy por encima de la media de España. La Comunidad Valenciana también muestra unas elevadas tasas de pobreza infantil ya que en el 2021 el 37,7% de la infancia estaba en riesgo de pobreza y exclusión social.

En cuanto al resto de CCAA, Castilla y León mantiene tasas inferiores a la media de España (28,7%), y Castilla-La Mancha se sitúa en la media (33,2%). No obstante, mientras que Castilla-La Mancha ha contenido las tasas de pobreza infantil en la crisis, Castilla y León ha visto subir el riesgo de pobreza y exclusión social en la infancia. En el norte de España se presentan los mejores datos en cuanto a la incidencia de la pobreza infantil en todos sus componentes, sobre todo Navarra, País Vasco, Cantabria y Aragón. 

Los datos de Plataforma por la Infancia coinciden básicamente con las proyecciones de ONG como Save te Children, que en su informe de junio pasado concluía que casi un 30 por ciento de los menores de 18 años en Andalucía estaban en situación efectiva de pobreza. En números absolutos eran 439.000, cinco puntos por encima del año pasado, según el estudio realizado por esta organización a partir de la última encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) , en la comunidad hay 439.000 menores en situación de pobreza.

El portavoz de Save the Children en Andalucía, Javier Cabrera, decía entonces que era "especialmente preocupante el incremento del porcentaje de población infantil que vive en pobreza severa en Andalucía, que ha pasado de un 10,1% en 2020 a un 15,3% en 2021, lo que supone más de 240.000 niños y niñas viviendo en esta situación".

En cuanto al informe presentado ayer, fuera del ámbito peninsular la Plataforma de Infancia concluye que la tasa AROPE en menores de 18 años es de las más altas de España en las regiones transfronterizas y aisladas como Melilla (53,9% de los menores de 18 años estaban en AROPE), Ceuta (48,8%) y Canarias (47,4%), esta última es, además, la que ha experimentado un mayor crecimiento en comparación con el 2019.

En la presentación de su análisis, que recoge los datos de 2021, el impacto de la Covid-19 a nivel socioeconómico ha afectado sobre todo a la población infantil, especialmente en el caso de hogares con niños dependientes y de familias monoparentales.

El autor del informe precisa que las familias monoparentales son más vulnerables que el resto de los hogares con niños en cuanto a la protección de la salud de los menores. En este sentido, López Oller ha alertado especialmente sobre la dificultad de acceder a la salud bucodental en el caso de las familias con menor renta: el 6,7% de las familias con menores de 16 años no pudo ir al dentista pese a necesitarlo --se eleva a 18% en el caso de hogares que se sitúan en los grupos de rentas más bajas--, y el 76,2% de los hogares aluden como causa principal a cuestiones económicas.