2021 ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de las Frutas y Verduras. En una primera aproximación, algunas personas podrían calificarlo como un evento dedicado a un tema en exceso prosaico, cotidiano e, incluso, vulgar. Las frutas y las verduras no tienen el caché o el glamour de los chuletones o el marisco. Pero son de vital importancia para nuestra salud. Es más, ni siquiera en los países desarrollados se alcanzan las cifras de consumo óptimo recomendadas: 3-5 piezas de fruta al día y verduras a diario.

Las frutas y las verduras frescas contribuyen a fortalecer nuestro sistema inmunológico por lo que no es atrevido afirmar que el covid19 lo tiene más difícil en un organismo bien nutrido que en uno menos defendido. En 2017, 3,9 millones de muertes se atribuyeron a la falta de consumo de frutas y verduras en cantidades suficientes, según datos de la OMS publicados en 2019. La misma causa está detrás del 14% de las muertes por cáncer gastroduodenal en todo el mundo, del 11% de los fallecimientos por cardiopatías isquémicas y del 9% de los decesos por accidentes cerebrovasculares.

Andalucía es una de las regiones líderes en producción de frutas y verduras y exporta más de la mitad de su producción por lo que ya están tardando la Junta de Andalucía, las organizaciones agrarias y los colegios oficiales de Ingenieros Agrónomos, Biólogos, Médicos y otras profesiones relacionadas en sumarse al Año Internacional de las Frutas y Verduras. 

La intención de la FAO, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, al lanzar este Año no se limita a promover un mayor consumo de frutas y verduras, busca abrir el debate sobre la necesidad de una mayor sostenibilidad de toda la cadena productiva, la reducción de las pérdidas y el desperdicio de estos alimentos tan perecederos, la seguridad y la soberanía alimentaria de los países en desarrollo.

Se trata de favorecer las producciones locales de alimentos, la innovación, la digitalización de los procesos productivos para facilitar un mejor y mayor acceso a las frutas y verduras por parte de todos los sectores de la población, porque como siempre los pobres son los que menos consumen frutas y verduras frescas.