Kike Sarasola ha decidido vender la marca Room Mate para tratar de sanear su sociedad, mientras espera una respuesta del Gobierno de España tras presentar una solicitud formal a la SEPI para poder acceder a un préstamo de 52 millones de euros.

Un año después de que Sarasola se convirtiera en protagonista por los dos apartamentos que la empresa alquiló por dos meses a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el confinamiento domiciliario, en pleno centro de Madrid.

La líder en funciones del Ejecutivo madrileño pagó un total de 80 euros diarios por su estancia por un "paquete con aparcamiento, seguridad, un salón en otro apartamento para trabajar y limpieza".

Tal y como ha revelado El Confidencial, un año después de aquella polémica, Kike Sarasola ha decidido vender la marca con el fin de cumplir con un difícil saneamiento para su empresa.

El presidente de la cadena hotelera cuenta con la posesión del 63% de Room Mate y, en la actualidad, tal y como ha asegurado Tafay 2000, la deuda de la empresa hotelera asciende hasta los 30 millones de euros tras los efectos de la pandemia.

Durante el último año, además de lo sufrido por el coronavirus, la mano derecha de Sarasola en Room Mate, Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, decidió poner a la venta el 31% de acciones que poseía sobre el total de la cadena hotelera.

A la espera de una respuesta de la SEPI, Sarasola ha logrado un préstamo de Banca March que tomó como garantía el 40% del grupo a cambio de transferir su marca hotelera. Haciendo aumentar la deuda hasta los 30 millones de euros, siendo 13,6 del crédito bancario.

La crisis de Room Mate ha afectado también a los trabajadores, después de que la empresa retrasara el pago de las nóminas a sus trabajadores por los problemas económicos que sigue atravesando la compañía hotelera.