Gesto torcido, caras de preocupación y frustración absoluta. Esto es lo que se ve entre los pocos trabajadores del PP que se dejan ver en la sede y que se saben perdedores, a pesar de haber ganado. Las cuentas salen, pero para un pacto de izquierdas que ya vislumbran en el Partido Popular. De ahí la frase, que ya corre por los pasillos de esta sede.  

Con el balcón montado, Rajoy tiene el reto de anunciarse vencedor en unas elecciones que previsiblemente no le renovarán como presidente. Eso si decide salir (todo apunta a que así lo hará) ante un escasísimo público ataviado con banderas de España y cánticos navideños ante la melancólica música que suena del equipo del Dj que tiene montado el PP. 

De momento, y aunque desde el primer balance no se ha asomado por la abarrotada sala de prensa ningún miembro del PP, todo hace pensar que, en la séptima planta de la sede de los populares, se está viviendo esta vez la victoria más amarga.