El reto es gigantesco. De hecho, el reto ocupa el 70% del planeta. Se trata de salvar los océanos. Por eso más de mil científicos se han reunido para pensar soluciones. Y, sobre todo, para pedir que aumente la protección, las áreas reservadas en las que está prohibida la pesca o las actividades mineras.

Proteger el 10% del mar

Son científicos, pero aún así son tipos pragmáticos. Su objetivo es conseguir que para el año 2020 el 10% del área oceánica tenga algún tipo de protección. Es sin duda un objetivo modesto. Pero hay que tener en cuenta que en la actualidad solo el 3,5% de la superficie de los mares cuenta con este tipo de legislación. Y cada nuevo kilómetro cuadra que se añade supone una dura lucha contra intereses gubernativos, corporativos y políticos. El Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC4), que así se llama el encuentro, se celebra en la ciudad chilena de La Serena. Los 1240 expertos representan a 80 países. Pero sobre todo, representan la alerta más cualificada que puede existir. Las de los que conocen la situación actual y las implicaciones futuras del estado de los océanos.

La sede perfecta

La elección del país sudamericano no es casual. Chile es uno de los países que mayor porcentaje de aguas protegidas tiene alrededor de su territorio. Más de un millón de kilómetros cuadrados a resguardo, como consecuencia de políticas apoyadas por sus ciudadanos. El último triunfo en este aspecto es la declaración de Área Marina Protegida a las aguas alrededor de la Isla de Pascua. Más de 700 mil kilómetros cuadrados donde se promoverán prácticas de pesca tradicional del pueblo rapanui. En el Congreso se presentará el documento Reuniendo al océano con la gente. En este informe se buscan promover prácticas respetuosas con el equilibrio y la biodiversidad oceánica. Al mismo tiempo, exponer ejemplos de gestión sostenible de los recursos marinos que garantice una conservación de la vida marina a largo plazo.