También El Nilo, uno de los mayores y más simbólicos ríos de la Tierra, sufre los efectos del cambio climático, con una variación del volumen de su corriente, lo que afecta a las comunidades que necesitan de su caudal para su suministro de agua. La emisión de dióxido de carbono a la atmósfera influye de manera negativa en la corriente de este río, del cual dependen 11 países y más de 400 millones de personas. Un nuevo estudio, publicado en Nature Climate Change, muestra su comportamiento cada vez más impredecible. Según la investigación, la variación de su corriente está llegando al 50%. Esto significa corrientes de entre 70 a 100 kilómetros cúbicos de agua por año, con más años con devastadoras inundaciones o asoladoras sequias.

Once países afectados

Todo ello está provocando que algunos de los once países que dependen de este río estén recibiendo menos de mil metros cúbicos (m3) de agua por persona al año, y de acuerdo con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, la situación se vuelve problemática cuando una persona recibe menos de mil 700 m3 al año, y se habla de escasez cuando se baja de mil m3 al año. La situación se vuelve aún más caótica si se tiene en cuenta que para el 2050 se espera que 800 millones de personas vivan en la cuenca del río Nilo. En 2015 el Nilo fue afectado por el fenómeno climático de El Niño, que produjo una fuerte sequía en Egipto, mientras que en 2016 tocó a La Niña hacer sentir sus efectos que generaron amplias inundaciones.