Si estamos deambulando por este planeta es gracias al magnetismo. Al campo magnético que protege la tierra de las tormentas solares. Un campo producido por la combinación de hierro líquido en el núcleo exterior y sólido en el núcleo interior del planeta. Esa capa protectora invisible que ahora en la NASA dicen que quieren recrear en Marte.

Anomalía en el campo magnético

El campo magnético terrestres es más o menos estable y uniforme. Sin embargo, hay una zona con anomalías. Se trata de una zona cercana a la ciudad de Bangui, en la República Centroafricana. Allí, desde hace muchos años se ha detectado un campo magnético “significativamente más agudo y fuerte” de lo normal. La descripción corresponde a científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta agencia ha elaborado el mapa del campo magnético terrestre. Con ayuda de los satélites Swarm ha cartografiado toda la corteza terrestre y cómo se manifiesta el magnetismo en la superficie.

Un meteorito de 540 millones de años

Así, han podido comprobar cómo en esa zona de África se intensifican las fuerzas del subsuelo. La explicación más plausible es la que apunta a un enorme meteorito que cayó en la zona hace más de 540 millones de años. Seguramente a causa de los restos enterrados de mineral magnetizado del asteroide. La mayoría del capo magnético terrestre se genera a 3.000 kilómetros de profundidad, por el movimiento del hierro fundido del núcleo externo. Pero también hay un 6% que se genera por las corrientes eléctricas del espacio que rodea el planeta y a las rocas magnetizadas, como presumiblemente las del meteorito del Bangui. El campo magnético no es un elemento inerte. De hecho, la polarización de la Tierra ha cambiado varias veces desde su formación. Y puede volver a suceder en cualquier momento. Que de pronto un día nos levantemos y todas las brújulas apunten hacía el sur.   [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=58FZ6OCI6mk[/embedyt]