Esta mañana los trabajadores del Hospital Álvaro Cunqueiro volvieron a denunciar el proceso privatizador del centro.



Los celadores del Hospital Álvaro Cunqueiro acumulan 3 días de encierro. Esta mañana han recibido el apoyo del resto de la plantilla. El caos del nuevo complejo sanitario de Vigo es tal que hace unas semanas una gran marea blanca inundó sus calles “por la defensa de la Sanidad Pública”. A los celadores se une ahora el resto de trabajadores y el próximo 13 de octubre está convocado un paro general en los centros vigueses.

Hospital “estafa”
Lo confirmó a los medios de comunicación Ángel Cameselle, responsable de Sanidad de CCOO. En medio de gritos de “privatización igual a corrupción”, indicó que las protestas no se deben “solo a la privatización, sino también a la estafa que supone el hospital”, debido a que no tiene las camas prometidas por el PP, y eso “a pesar de que Vigo acumula la mayor lista de espera de Galicia”.

La plantilla acusa directamente Núñez Feijóo y Rajoy.



A medida que avanza el proceso de cambio se hacen realidad las previsiones de sindicatos y partidos políticos, con la excepción del PP, es decir, el encargo a empresas privadas de servicios hasta ahora públicos. Lo último tiene que ver con los celadores. Su encierro se debe a que el Gobierno que dirige Alberto Núñez Feijóo ha encargado a la UTE que gestiona el hospital la tarea del traslado de expedientes entre centros. Los empleados temen que de este modo poco a poco se vacíe de contenidos su responsabilidad laboral para continuar con los recortes, en este caso de personal.

Un paso más
Otros servicios como cocina, mantenimiento, lavandería, dietética, etc, están ya en manos privadas lo que ha dado lugar a todo un desfile de empleados con diferentes uniformes por los inmensos pasillos del complejo. Todos, eso sí, con las marcas de las empresas a la que pertenecen bien visibles en las solapas.

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Esta mañana, una de las entradas del Álvaro Cunqueiro se ha llenado de trabajadores y usuarios exigiendo la “dimisión” de los responsables del centro y de la sanidad pública gallega. Juntos han vuelto a protestar por lo que ocurre en un centro considerado “joya de la corona” de la gestión de Núñez Feijóo, y que a la vista de los acontecimientos le va a costar más de un disgusto.

El ejemplo de Madrid
El nuevo complejo hospitalario de Vigo sigue el guión puesto en marcha en Madrid por Esperanza Aguirre. Primero construcción de hospitales bajo el modelo de gestión mixta, luego externalización de determinados servicios. El último paso, la privatización total del sistema. Así lo reconoció Cameselle para quien “la gente de Madrid peleó lo suyo” pero la de Vigo “viene ofreciendo una respuesta impresionante contra la privatización desde hace 7 años”.

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¿Pero se ampliará este modelo de gestión a otros lugares de Galicia? Su respuesta preocupa a la plantilla del SERGAS (Servicio Galego de Saúde) en toda la región. El dirigente de CCOO recordó que para Pontevedra y Vigo el anterior Gobierno bipartito (PSOE-BNG) “tenía prevista la construcción de un gran hospital con un presupuesto de 400 millones de euros. Este del PP se va a más de 1.200 millones. Gracias a la movilización de Vigo, otras ciudades como Pontevedra se van a librar de algo así”.

Reclamaciones agotadas
Todos lo que rodean la puesta en marcha del nuevo centro roza el esperpento. Ausencia de aparataje para el tratamiento de enfermedades, escasez de personal, un surrealista camión situado fuera del edificio en el que se efectúan las pruebas radiológicas, bolsas de ropa que se acumulan en las puertas de las habitaciones a la espera de su retirada por la empresa de lavandería. Así es el hospital que ya llaman nuevo aeropuerto de Vigo, por su diseño moderno y, según usuarios y trabajadores, poco operativo.

Esto se traduce en cientos de quejas. Ayer a mediodía, el servicio de Atención al Usuario se había quedado ya sin hojas de reclamación.