Los estatutos del PP recogerán que su logo es un charrán y no una gaviota. Casi 30 años después de su refundación, el partido reconoce la petición del creador del logo, el militante Fernando Martínez Vidal que ha insistido durante todo este año en que el animal era un charrán y no una gaviota.

En realidad se trata de dos especies de la misma familia (Láridos o Laridae). La principal diferencia es el tamaño -las gaviotas son más grandes- y su alimentación. Mientras la gaviota es carroñera y come todo lo que se le ponga por delante, basura incluida, un hábito con el que se han ganado el apodo de 'buitre del mar'.  El charrán, sin embargo, sólo come alimentos frescos que él mismo caza y es conocido como el 'gorrión del mar'.

Si tenemos en cuenta la situación del partido, procesado por beneficiarse de la corrupción en el macrojuicio Gürtel, esta sutil diferencia podría llevar a significativas metáforas. Algo que no ha pasado inadvertido al autor del logo: "No podemos estar representados por una gaviota. Es carroñera, vuelva bajo y come basura. El charrán es un ave marina, pero vuela alto, no se mueve entre la basura. En los casos de corrupción, da la sensación de que muchos de nuestros dirigentes han preferido ser gaviotas. Y los militantes del PP queremos ser charranes", asegura en declaraciones a Huffington Post.

"Yo quería representar la libertad con algo que volase libre y alto", defiende Martínez Vidal, el militante que hizo el logotipo de la refundación de la antigua Alianza Popular y su conversión en el PP. Trabajaba en una agencia de publicidad y lo hizo “amor al partido”. No cobró dinero por ello. Como curiosidad, fue Fraga quien decidió que era una gaviota y el que le mareó con los colores del logo. "Dígale a ese joven que quiero primero que le una el ala a la gaviota, porque van a decir que salimos tocados del ala. Quiero la leyenda del Partido Popular en rojo lacre diplomático y la gaviota en azul Carlos III". Tuvo que preguntarle a qué azul se refería y era "¡El de la banda de la Real Orden de Carlos III!".

Martínez Vidal se hizo gran amigo de Esperanza Aguirre y acabó convertido en concejal del PP. Es militante del distrito de Salamanca y asegura haber sido siempre “muy puntero” en temas sobre regeneración. “He dedicado mi vida al Partido Popular y me siento legitimado para criticar de manera responsable las cosas que me parecen mal. Creemos que militamos en el menos malo de todos los partidos y entre todos tenemos que mejorarlo”, asegura.