Hay que tener la cara dura que tiene Mariano Rajoy Brey para seguir protegiendo al peor de sus ministros, José Ignacio Wert y su desdichada Ley de Educación. Todas las encuestas apuntaban mayoritariamente, una y otra vez, contra el triángulo político de Rajoy, Wert y su reciente esposa, llamada Montserrat Gomendio y Kindelán. ¡Vaya, vaya, así surgen algunas cosas de la vida! La verdad es que Don Mariano abrió la puerta para vivir en París, como si fuera Wert el bueno de la película. De modo que Rajoy Brey trata a Wert con sumo cariño y procura que el nivel de vida de los casados demuestre que los españoles, en su conjunto, llegan a estar incluso por encima de sus vecinos.

En esta ocasión, sea como sea, que nadie se equivoque respecto a las corrupciones. Ni, las a habido en torno a París desde España, ni las habrá jamás, a partir de que Don Mariano haya puesto en marcha sus diversas y notorias actividades de limpieza total. Wert y su mujer han recibido un montonazo de euros, perfectamente contrastados, dirigidos hacia los buenos españoles. Sólo quienes no son buenos españoles insisten en que ese dinero es una pantomima peligrosa. Y apenas cabe decir que, por ejemplo, la exalcaldesa de la ciudad de Valencia durante casi 25 años, dejó su dificilísimo y honrado trabajo, y aceptó nada menos que saltar de Valencia a Madrid y pertenecer a la Diputación Permanente del Senado. ¡Qué, bonito, qué bonito!, ¡qué bonito…!