Se llama Puerta de Extremadura y está en la carretera nacional V. Es el típico restaurante de carretera, sin sorpresas, hasta que el rey apareció por la puerta el pasado lunes.

Se encontraba volviendo junto con el ministro de Educación y Cultura de una visita al monasterio de Yuste en Cáceres tras la entrega del premio Carlos V a la profesora italiana Sofía Corradi. Eran las tres de la tarde y debió de entrarles hambre.

Felipe VI paró como uno más a estirar las piernas y tomar algo. Más concretamente un menú de 11 euros compuesto por patatas con conejo, ensalada, carne y de postre un bizcocho y un plátano.

Los trabajadores del restaurante pidieron al monarca inmortalizar el momento y presumen de la visita en la página de Facebook del Puerta de Extremadura.