Unas partidas de chamelo en la cafetería de las Cortes Valencianas, acompañadas de coñac o whisky en copas de balón o vasos de chupitos. Los diputados populares, y algunos de la oposición, saben muy bien cómo distraerse tras el almuerzo y antes del inicio de los plenos vespertinos los días que toca sesiones parlamentarias.

La anécdota del güisqui y el agua
La costumbre dura años y esto da para mucho, así que entre las anécdotas que todavía hacen sonreír a sus señorías está la broma que le gastaron un grupo de diputados del PP a su compañero Jorge Lamparero, a quien cambiaron el vaso de agua por uno con vodka, antes del inicio de un largo debate sobre el Presupuesto que se prolongó hasta altas horas de la madrugada, según recuerda, este viernes, el diario Levante.

Puig propone acabar con la costumbre

El líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig. Foto: PSOE



Ahora, el líder de los socialistas en la región, Ximo Puig, quiere acabar con lo que es ya una tradición entre los diputados valencianos y propone que se prohíba la venta de alcohol de alta graduación en las Corts a través de una reforma de la legislación autonómica.

La polémica en el Congreso de los Diputados
El dirigente socialista introduce en las Corts una polémica que ya se vivió en el Congreso de los Diputados, en junio pasado, cuando tras la polémica por los precios de los que disfrutaban los parlamentarios por bebidas alcohólicas (gin-tonic a 3,45 euros, cuba libre a 3,40, whisky con refresco a 5,35, IVA incluido), el presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, anunció que se sacaba este tipo de bebidas de la lista de precios limitados que rige en el restaurante de la sede parlamentaria.

La cuestión no es lo que valen, sino que no deben estar
Puig se ha referido a esta polémica en una entrevista en Europa Press, en la que ha dejado clara su posición: “Lo que era bastante absurdo era plantear si el gin-tonic vale tres o cuatro euros. El problema no es ese, es que una cafetería del Congreso no es el sitio adecuado para tomarse un gin-tonic”.

Whiskies y cubatas por 2,50 euros
Lo que ocurre en las Cortes Valencianas es lo mismo que en el Congreso de los Diputados, aunque de otra manera: las bebidas de alcohol de alta graduación no están incluidas en los precios subvencionados por la Cámara, pero los costes estipulados están muy alejados de los que se fijan en cafeterías y restaurantes a los que acuden los españolitos de a pie. La copa de balón con whisky cuesta entre 2,50 euros y 5 euros; el precio de un cubata es de 2,40. Casi podría decirse que sus señorías se gastan menos que si hicieran el típico botellón.

Menús por 4,65 euros
Por cierto, que comer en la cafetería-restaurante de las Corts, menú completo con café incluido, cuesta 4,65 euros. El servicio que beneficia a los diputados regionales cuesta al año a las arcas públicas 118.200 euros, que es la diferencia que se paga a la empresa concesionaria.

Fuera cervezas y vinos
El secretario general del PSPV va a plantear su iniciativa, que, según ha precisado, es “personal” a su Grupo parlamentario para que, si la dirección la acepta, estudie cuál es la vía legal adecuada en el Congreso y Senado, así como en otras instituciones como el Tribunal Constitucional.

Puig quiere ir más lejos y prohibir también bebidas como la cerveza o el vino. Para eso, en el próximo periodo de sesiones pedirá a los diputados socialistas valencianos que propongan una reforma de la legislación para impedir que se venda alcohol en las Corts y en las instituciones en la comunidad. Según dice, habría que cambiar las leyes “para que, igual que en los hospitales está prohibida” la venta de alcohol, “también lo esté en todas las dependencias públicas”.