El Parlamento Europeo dio luz verde el pasado mes de julio a la introducción en 11 países de la Unión Europea del Impuesto sobre las Transacciones Financieras -ITF, conocida también popularmente como 'tasa Tobin'- un gravámen para penalizar las operaciones más especulativas y la falta de control sobre los movimientos transnacionales del capital. Los eurodiputados respaldaron la propuesta de Bruselas según la cual la tasa gravará con un 0,1% las transacciones con acciones y bonos y con un 0,01% las de derivados, aunque permitiendo margen a los países miembros para aumentar el porcentaje en las operaciones de más riesgo.

Avanza con grandes dificultades
Los países que pretenden la implantación de la tasa son Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Grecia, Eslovenia, Austria, Bélgica, Estonia y Eslovaquia, pero incluso en estos países existe una gran controversia sobre su aplicación. Francia, uno de los países que abanderaba la propuesta, ya ha pedido una tasa descafeinada y se va obstaculizando así una medida que, tras el sostenimiento de buena parte de la banca europea con dinero público tras los excesos desregulatorios, se percibe como más necesaria y posible que nunca.

Tras las inyecciones de capital público, informes alarmistas contra los impuestos a la banca
En principio se pretene que la tasa se aplicara a partir de 2014, pero parte del sector bancario se está movilizando para evitarlo. En España, estos días diversos medios de comunicación se están haciendo eco de un informe del think tank New Direcion de Bruselas, que en España está siendo difundido por su "colaborador directo" Civismo, como apunta esta última plataforma en su web. El alarmante informe asegura que este impuesto a las transacciones financieras "podría destruir hasta 640.000 puestos de trabajo, 81.000 en España". Aseguran que "la Comisión hace oídos sordos a los efectos negativos de esta medida, centrándose únicamente en cómo gastarían el dinero recaudado (34.000 millones de euros) los países miembros".

Un think tank muy próximo al regulador de la banca española
Civismo, el think tank que está abanderando las reivindicaciones de la patronal bancaria europa, es un think próximo al Gobierno del PP. De hecho el vicepresidente de Civismo, Carlos Espinosa de los Monteros, fue elegido por el ministro de Asuntos Exteriores para pilotar uno de los proyectos bandera de este Gobierno, la 'Marca España'. Además, el gobernador del Banco de España, Luis Linde, también colaboraba antes de su nombramiento con Civismo para defender las bondades de la "especulación financiera" o mostrarse contrario a los impuestos del tipo de la tasa Tobin.